"𝐋𝐚 𝐢𝐫𝐚 𝐞𝐬 𝐮𝐧𝐚 𝐥𝐨𝐜𝐮𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐜𝐨𝐫𝐭𝐚 𝐝𝐮𝐫𝐚𝐜𝐢ó𝐧"
—𝐇𝐨𝐫𝐚𝐜𝐢𝐨
𝐅𝐫𝐞𝐲 𝐒𝐭𝐞𝐢𝐧
Cuando poco a poco comenzamos a subir los escalones de la entrada, el agarre de Eve en mi mano se endurecía progresivamente.
Cualquiera pensaría que está de parto
Me di una bofetada mental ante ese pensamiento, cosa que no hizo que no pensase en ello.
Frey ella está asustada y tú pensando en los hijos
Joder... Los hijos
¿Eve querría...?
No digas gilipolleces Frey, pues claro que ella no querría llevar el hijo de un asesino
—¡Chicos!—exclamó Kaia abriendo la puerta de la entrada—Me alegro mucho de que hayáis regresado tan...
No la dejé terminar, ya que fulminé a Kaia con la mirada para que se callase y entré junto a Eve en la casa, donde estaba mamá con Pierce en un sillón.
Tensé mi mandíbula en el momento en el que vi a mamá; recordándome a la reina roja, por una fracción de segundo.
No podía soportar el hecho de que tuviese esa jodida doble personalidad y que hubiese atacado a Eve por un estúpido despiste suyo.
—Frey no te vayas en ningún momento, por favor—me pidió Eve en un murmuro, interrumpiendo mis pensamientos mientras nos acercábamos.
Coloqué mi brazo sobre sus hombros para que se sintiese más segura y nos sentamos en el sofá de enfrente a ellos.
—Nunca me iría, miene liebe—murmuré con suavidad inclinándome levemente hacia ella.
Mamá nos analizó durante lo que parecieron unos segundos eternos; la forma en la que había colocado mi brazo sobre los hombros de Eve, la manera en la que ella se aferraba a mi mano libre con lo que parecían ser todas sus fuerzas, o la forma en la que Eve se inclinaba cada vez más hacia donde me encontraba, evidentemente asustada.
—Evelyn, no sé ni por donde empezar—comenzó a decir mamá con la voz un tanto débil—Cariño, no te puedes llegar a hacer una idea de lo mucho que lamento lo que sucedió hace unos días, como lamento haberte hecho daño y haberte asustado, cuando prometí a tu madre hacer todo lo contrario.
Mamá hizo una pausa, mientras unas lágrimas se comenzaron a acumular en sus ojos, lo cual hizo que la atemorizada expresión de Eve se relajase un poco, aunque me siguiese apretando la mano con la misma fuerza.
—Como ya te habrán contado-hizo una pausa, como si le costase decirlo—Sufro del trastorno psicológico disociativo de la personalidad, también conocido como personalidad múltiple o doble personalidad; normalmente es regulado por unas pastillas que me tomo diariamente, pero la noche del incidente, cuando me di cuenta de que no me las había tomado, por un estúpido despiste mío, ya era muy tarde.
Las lágrimas habían comenzado a surcar por sus mejillas y Pierce la miro con pena, apresurándose a colocar una de sus manos en el hombro de mamá.
—Evelyn entiendo que lo que hice es imperdonable y jamás puedas llegar a perdonarme—volvió a hacer una pausa para respirar hondo y poder seguir hablando—Pero solo quiero que sepas que lo lamento desde lo más profundo de mi corazón y que si algún día me necesitas, estás dispuesta a perdonarme o simplemente quieres hablar del tema, te recibiré con los brazos abiertos.
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