4 LA CHICA HUMANA

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Blitz estaba perdido porque no sabía dónde encontrar a su hija y de dónde había venido toda esa gente, avanzó entrando en el aún más en la ciudad y se dio cuenta de que todos eran vampiros, andando, se acercó a uno.

—Oye ¿has visto una pequeña vampiresa por aquí?

—¿Señor Blitz? —dijo el vampiro. —No, no vi nada, pero puedes preguntar en esa taberna, es la que controla casi todos los movimientos de esta zona. —añadió el vampiro.

Blitz se dirigió a la taberna, abrió la puerta y vio a más vampiros bebiendo, se abrió camino hasta la barra.

—¿Desea lo de siempre, señor? —preguntó el barman.

—No, hoy necesito información, sobre una pequeña vampiresa.

—Pues de eso no se nada, pero si de una niña humana que se ha infiltrado en el imperio, muchos creen que es un mito, pero por probar... —decía el barman con algo de duda.

—¿Los avistamientos tienen un lugar? —preguntó Blitz.

—Si, ve a la calle del norte, dicen que solía ir por allí a comer de la basura.

Blitz se dió la vuelta y se dirigió a la puerta, y desde allí, sin mirar a tras le dio las gracias al barman y se dirigió al lugar indicado.
Al llegar, encontró a una niña con una ropa blanca, algo rajada que la cubría hasta las rodillas, el pelo desarreglado y sucio, apoyada en la pared de una esquina llorando con una jeringa en el suelo,  más a la derecha estaba Lilith, con sangre de la nariz por causa de haber sufrido un puñetazo tumbada en el suelo y desmayada, más atrás 3 vampiros de cuerpo robusto.

—Bueno, que hacemos, ¿nos comemos primero a la humana? —dijo uno.

—La humana puede esperar. —añadió el otro.

El vampiro más fuerte se acercó a la humana y la agarró del pelo levantando su cuerpo a unos centímetros del suelo, la lamió el cuello como si de un violador se tratase. Lilith se levantó abriendo un poco los ojos y vio el panorama, quiso enfrentarse a ellos con furia, uno de los vampiros la dio una patada en el vientre y chocó contra la pared de la esquina.
Blitz que lo había visto todo, se enfadadó, pero fue a paso ligero, llegó a pararse detrás de los vampiros que atacaban a las jóvenes, le agarró el cuello a uno estrujándoselo tanto hasta que le arrancó la cabeza de tanto apretar el cuello. El que tenía agarrado a la humana por el pelo se asustó y la dejó caer, los abusones vieron que era Blitz el que había matado a su amigo, uno se arrodilló.

—Mi señor, no estoy entendiendo nada, ¿qué hemos hecho? —decía el vampiro que se arrodilló.

—Habeis atacado a mi hija, la habéis golpeado, eso lo vais a pagar con la muerte. —dijo Blitz muy enfadado.

Con la mano derecha Blitz atravesó el pecho del que no se arrodilló y al sacar el brazo tenía su corazón en mano, estaba por desmayarse, y al instante de caer Blitz le agarró del cuello.

—No me produce placer mataros, estáis atacando a unas jovencitas, eso se llama agresión, ¿y luego me preguntas que habéis hecho? Sois seres inferiores a mi, y en consecuencia le debéis sumisión a mi hija. —le decía Blitz al arrodillado.

Al moribundo también le arrancó la cabeza del cuerpo con las dos manos agresivamente, como si fuera una mala hierba, la sangre salpicó por toda la pared, manchando a todos.

—Tu vas a ser el que sobreviva y cuente lo ocurrido a todo el mundo, no gano nada matándote. —Al decirle eso al arrodillado, Blitz escupió.

Blitz cargó con el cuerpo de Lilith y empezó a llevársela.

—Padre, lleva a esa también, porfavor. —decia Lilith sin fuerzas.

—Esa chica huele a humanos, ella es humana, que se la coman los vampiros. —con firmeza, mientras avanzaba le dijo a Lilith.

—Padre, hazlo por mi, me la quiero comer yo...

Blitz pensó, era una petición aceptable, y de paso la podría preguntar sobre el mundo humano, ya que ella es la primera que ve.

—Solo por esta vez... —recalcó Blitz.

Lilith sonrió y se relajó, Blitz se acercó a la chica, estaba súper asustada y con lágrimas en los ojos.

—Tranquila, no te voy ha hacer nada, ven conmigo.

Blitz extendió su mano hacia la joven, ella con miedo, pero pensando en Lilith agarró a su salvador.
El vampiro perdonado, alzó la cabeza y miró como Blitz se llevaba a la niña humana de la mano.

—Se va a enterar, ser un emperador no te da el derecho a quitarle la comida a otros. —enfurecido, el vampiro se levantó y se fue.

Al llegar a casa justo en el salón, Blitz dejó a Lilith, fue a la cocina y dejó a la humana allí luego de cerrar la puerta para que no se escapara.
Volvió a Lilith y la miró con furia, se tapó la cara con la mano derecha, suspiró, Lilith algo avergonzada, y sentada en el suelo le miró.

—¿¡Qué te dije de lo de salir sin mi permiso!? ¡Por lo general no deberías salir! —le gritó.

—Yo... Yo... —con ojos llorosos Lilith miró al suelo. —Solo quería ayudarla. —añadió.

—¡Nada de ayudar, me podrías haber hablado de eso, ella es una humana!

Lilith se puso a llorar, Blitz se agachó y puso la mano encima de su cabeza.

—No llores Lilith, pero la próxima vez, se más lista y cuenta conmigo.

—Si, padre.

La humana había oído todo, y se sintió una carga.

—Llevo siendo una carga para todos, hasta una para mis padres, por eso me vendieron, será mejor que me olvide de esta vida. —con una cara larga, y con ganas de nada se dijo en sus adentros.

La chica buscó en la cocina, encontró un cuchillo, lo agarró del revés, con la punta apuntando hacia su corazón, con dudas, pero pero firme.
Blitz y Lilith sintieron como a la niña le aumentaba cada vez más el pulso, Lilith fue corriendo a la cocina, abrió la puerta de golpe. Se miraron las dos, la niña humana con una lagrima bajando por su mejilla se metió el cuchillo directamente en el corazón.
Lilith corrió hacia ella y la agarró antes de que se cayera, las dos lloraban, Blitz entró y justo en ese momento la humana cerró los ojos.

—Vaya, se ha suicidado... —dijo Blitz.

Lilith, de tanto llorar se desmayó...
Blitz se acercó a las dos, cargó con Lilith y la llevó a su habitación, la dejó tumbada en su ataúd.

—Lo siento cariño, te quedas aquí, con la sangre que tienes no puedes ir a la cama.

Blitz cerró el ataúd, salió de la habitación, bajó otra vez a la cocina y miró el cuerpo muerto de la humana.

—Cuando fui a por ella, vi una jeringa en el suelo, ¿no será que? —pensó.

Blitz cogió el cuello de la camisa de de la joven y empezó a arrastrarla dejando un camino de sangre por la casa. La llevó al sótano, poniendo su cuerpo en una mesa, cogió una cadena y se lo colocó en la pierna derecha, la quitó el cuchillo del corazón, lo dejó en la mesa en la que estaba ella y se fue. Tras salir, fue a su laboratorio y miró en su mesa.

—¿Dónde está la jeringa que contenía mi sangre?

Blitz se tapó otra vez la cara con su mano, se sentó en uno de los sillones que tenía allí y suspiró...

—Espero que lo hayas cometido otro error, Lilith...

......

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