34 ELFOS Y BESTIAS (IX)

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En el frondoso bosque de Kingdom Beast, Kannon Nightclaw, líder de los lobos del Clan Nightclaw, se reunió con los lobos del Clan Red en preparación para la batalla. Sabiendo que sus rivales pasarían por allí, se agruparon estratégicamente, listos para enfrentar al ejército de Ashnard, el doppelgänger.
El ejército de Ashnard llegó sin demora, formando una imponente línea de soldados equipados con armaduras, lanzas, arcos y escudos. En contraste, los lobos, confiando en su fuerza y resistencia, llevaban menos espadas y más armaduras. Aunque superados en número y armamento, los lobos confiaban en su habilidad para luchar como una manada.
Kannon y Ashnard se encontraron en medio del campo de batalla, donde comenzaron a discutir sus respectivas visiones.

—No creía que fueras capaz de descubrir mi plan antes que todos. —dijo Ashnard muy serio.

—No estamos aquí para eso, ¿qué intentas ganar con todo esto? —preguntó Kannon.

—Pues... —agarró su barbilla. ¿Poder?

Ashnard proclamó su intención de apoderarse del mundo y convertirse en un dios, mientras que Kannon expresó su desacuerdo y decidió lanzar un ataque defensivo para proteger su territorio y su libertad.
Eru, que cabalgaba hacia el encuentro de Butterfly, divisó el combate en la distancia, y por puro instinto, se unió al combate sin preguntar, usando su espada, decapitando a varios doppelgänger mientras pasaba, hasta que se bajó del caballo y se acercó a Kannon.

—Tu debes de ser Kannon, ¿verdad? —preguntó Eru.

—Si, ¿te envía tu reina? Dile que ahora estamos en guerra, no tenemos tiempo de tomar el té con ustedes. —respondió.

—No es eso, después lo hablaremos, ahora te brindaré mi ayuda.

—Si ni siquiera me conoces.

—Eso es lo de menos, ahora seremos aliados.

—¿Un elfo como refuerzo? Kannon, no podías caer más bajo. —le dijo Ashnard mientras mataba a un lobo con su lanza.

La batalla fue feroz y despiadada. Durante horas, los lobos y el ejército de Ashnard se enfrentaron, llenando el aire con el sonido de las espadas chocando, los rugidos y los gritos de guerra. El suelo se empapó de sangre y los cuerpos de los caídos se acumularon.
A medida que la batalla llegaba a su clímax, solo quedaron Eru, Kannon y Ashnard.

—Al final sólo quedamos tu y yo. —dijo Ashnard.

—Eso parece. —respondió Kannon mientras estrangulaba al último soldado de Ashnard.

—No creía que un solo duelo acabaría con todo mi ejército, que fastidio.

—¿Vas a morir ahora o tienes algo más que decir?

Eru se sentó bajo un árbol, muy cansado y observando. Los dos se atacaron al instante . Ashnard empuñaba su lanza con habilidad, mientras que Kannon hacía uso de sus guantes con pinchos y garras extensibles.
Ashnard comenzó lanzando un líquido verde y corrosivo de su mano hacia Kannon, tratando de debilitarlo desde lejos. Sin embargo, Kannon utilizó su control sobre el elemento tierra para crear una barrera protectora que desvió el líquido y éste fue quemando varios cuerpos y una pequeña zona de árboles.

—¿Así que así se siente enfrentarse al miasma? —pensó Kannon en la rama de un árbol.

Enfurecido por la resistencia de Kannon, Ashnard cambió su estrategia y conjuró una serie de runas mágicas. De ellas, surgieron proyectiles oscuros y destructivos que se lanzaron hacia Kannon. Pero el hombre lobo, con sus sentidos avanzados, logró esquivar los ataques, moviéndose con agilidad y destreza.
Kannon aprovechó un momento de apertura y se lanzó hacia Ashnard, atacando con ferocidad. Sus guantes con pinchos y garras extensibles se clavaron en la armadura de su oponente, causando heridas profundas. Ashnard intentó defenderse con su lanza, pero Kannon desató una poderosa onda de choque, enviando a su oponente hacia atrás.

—Este combate está ganado. —pensó Kannon.

—Eres un lobo muy interesante, has logrado atravesar mi armadura.

La batalla continuó con golpes rápidos y precisos. Kannon utilizó su capacidad de regeneración para sanar rápidamente cualquier herida que recibía, lo que le daba una ventaja significativa. Mientras tanto, Ashnard intentaba desesperadamente mantenerse en pie, pero sus fuerzas se iban debilitando.
Finalmente, Kannon vio una oportunidad perfecta. Con un movimiento ágil, desarmó a Ashnard y tomó su propia lanza. Con fuerza, se la lanzó con mucha rabia atravesando el cuerpo de su oponente y clavándole en un árbol cercano. Ashnard, derrotado y agonizante, miró a Kannon con incredulidad y aceptación.

—Tu sed de poder y dominio ha sido tu perdición. —dijo Kannon con voz firme. —El mundo no necesita a un dios, sino a líderes que valoren la vida y la libertad. —añadió.

—Ya veo... Al menos seré el primero en saber que hay después de la muerte en este mundo. Gracias Kannon.

Con esas palabras, Kannon se desmayó, Eru fue quien le recogió y le puso en el caballo, el cuerpo de Ashnard empezó a desintegrarse, Eru y Kannon se fueron dejando a Ashnard atrapado en el árbol como un recordatorio de las consecuencias de su ambición desmedida. La batalla había terminado, y Kannon emergió como el victorioso habiendo defendido su territorio y su libertad con valentía y habilidad.
A su vez, todos los doppelgänger empezaron a desaparecer poco a poco, solo dejando el rastro de sus armas y armaduras mientras los victoriosos cabalgaban hacia la nueva capital de Kingdom Beast, Red Wolves.

......

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