31 ELFOS Y BESTIAS (VI)

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En el reino élfico Eru, el mejor guerrero, conocido como el Capitán de la Guardia, estaba entrenando con su batallón en el campo de batalla. Su habilidad con la espada era impresionante y su liderazgo era admirado por todos.
Sin embargo, su entrenamiento fue interrumpido por la llegada de Darknes's, la reina. El Capitán se detuvo y se arrodilló ante ella, mostrando su respeto y lealtad, luego todos los demás hicieron la misma reverencia.

—Tenemos que hablar, Eru. —dijo Darknes's.

—¿Puedo preguntar?

—Ve a la sala del trono, este sitio no es lugar para eso.

Darknes's dio media vuelta y se fue, Eru se levantó y les dijo al resto que siguieran entrenando, tras eso se fue con la reina.
Una vez solos, Darknes's le presentó a Kayrin, un hada de otro reino.
El Capitán la miró con curiosidad, nunca había visto a un hada antes. Darknes's explicó que Kayrin era una aliada importante y que él sería el encargado de protegerla durante su estadía.
Eru frunció el ceño, confundido. Su deber como Capitán de la Guardia era proteger a la reina y al reino, no a un hada desconocida. Se negó rotundamente a la petición de Darknes's, argumentando que su prioridad era la seguridad de su reino.
Darknes's se enfadó ante la negativa del Capitán y le gritó como líder que era. Le recordó que ella era la reina y que sus órdenes debían ser cumplidas sin cuestionamientos. El Capitán se sintió ofendido por el tono de Darknes's, pero sabía que no podía desobedecerla.

—Tienes que hacer lo que yo te diga, ¿te olvidaste de tu voto? Dijiste que me complacerías en todo lo que te pidiera. —dijo Darknes's. —Lleva esto al reino vecino, a Kingdom Beast, entrégalo a su rey, y espero que sepas lo que haces, Eru. —terminó diciendo mientras se iba de la sala, tras haberle entregado la carta.

Una vez que Darknes's se retiró dejando a Kayrin, el Capitán se quedó pensando en lo que acababa de suceder. Se sentía atrapado entre su deber como Capitán y su lealtad a su líder. No podía permitir que un hada desconocida pusiera en peligro a su reino.
En su frustración, el Capitán comenzó a pensar en planes para deshacerse de Kayrin y así cumplir con su deber de proteger a su reina. Pero pronto se dio cuenta de que sus actos no llevarían lejos al reino. Matar a la reina solo traería caos y destrucción.

—¿Te preocupa tu reina verdad? —dijo Kayrin a Eru.

—Si, mucho. —respondió desenvainando su espada. —Si la ocurre algo, te voy a matar. —apuntó la espada hacia el hada.

—Tranquilo. —levantando las dos manos, con una sonrisa inocente. —En verdad, me gusta tu reina, y creo que aliarme con vosotros nos vendría bien.

—Suspiró. —Te estaré vigilando. —terminó diciendo Eru mientras se marchaba con su espada en la mano.

Eru fue al establo real, cogió un caballo y salió del castillo.

—Eru... —pensaba Darknes's mientras le veía marchar.

—¿Puedo pasar? —dijo entrando en la habitación.

Kayrin estaba en frente de Darknes's, sonriendo.

—¿Tienes Probelmas con Eru, verdad? —preguntó Darknes's.

—Si, pero me ganaré su confianza. —respondió mientras se acercaba mucho. —Ahora... ¿Por qué no nos divertimos un rato?

Un individuo, vestido de ninja, estaba en lo alto de una de las torres del castillo, observaba el baile de Darknes's y Kayrin.

—Eru... Entiendo tu frustración, y mientras no estés, yo me encargaré de eliminar al enemigo.

Eru cabalgaba con la mirada fija al frente, sumido en sus pensamientos dejando atrás el reino que amaba. Las sombras del bosque parecían cerrarse a su alrededor, reflejando su estado de ánimo. Mientras tanto, en el castillo real, Darknes's y Kayrin compartían risas en la habitación, ajeno al peligro que se avecinaba, ambas mujeres se miraron con deseo y se acercaron lentamente, sus cuerpos se rozaban y sus manos se entrelazaban.

—¿Estás preparada? —susurró Darknes's mientras acariciaba suavemente el rostro de Kayrin.

—He estado deseando este momento desde que nos conocimos. —respondió Kayrin con una sonrisa traviesa.

Sin más preámbulos, Darknes's tomó a Kayrin de la mano. Sus lenguas se entrelazaron en un baile sensual mientras sus manos exploraban cada centímetro de sus cuerpos.
La reina elfa deslizó sus manos por el cuerpo de Kayrin, acariciando sus pechos y bajando lentamente hacia su entrepierna. La hada gemía de placer mientras Darknes's la tocaba y la estimulaba.

—¿Te gusta, mi dulce hada? —preguntó Darknes's con una sonrisa maliciosa.

—Me encanta, mi reina —respondió Kayrin entre gemidos.

Darknes's continuó con sus caricias y besos, hasta que decidió bajar hacia el centro del placer de Kayrin. Con su lengua experta, la reina elfa hizo que la hada se retorciera de placer y gimiera sin control.
Luego de un rato, Darknes's se detuvo y tomó un pequeño juguete sexual del cajón de la mesita. Lo encendió y lo deslizó dentro de Kayrin, haciendo que la hada se estremeciera y gritara de placer.

—¡Oh, sí, mi reina! ¡No puedo más!  —exclamó Kayrin mientras se aferraba a las sábanas.

Darknes's continuó con el juguete mientras besaba y acariciaba a Kayrin, llevándola al borde del éxtasis una y otra vez. Después de recuperar el aliento, Kayrin abrazó y besó a Darknes's con ternura.

—Gracias por este maravilloso encuentro, mi reina, —dijo Kayrin con una sonrisa.

—El placer fue todo mío, mi dulce hada. —respondió Darknes's mientras acariciaba el cabello de Kayrin.

Repentinamente, un ninja se deslizó sigilosamente por la ventana, Darknes's y Kayrin se percataron y se levantaron de la cama, el ninja, sin esconderse, amenazó a Kayrin con quitarle la vida. Sorprendida, Darknes's reconoció la voz del intruso como la de un elfo.

—¿Quién eres? —preguntó Darknes's.

—¿Yo? —sacando una Daga de su bolsita de herramientas. —Soy el que acabará con tu maldita vida. —dijo.

—No entiendo nada. Pero serás castigado. ¡Guar....!

Darknes's recibió una patada circular en la cara, cayendo hacia la derecha, sin poder llamar a los guardias. El golpe fue rápido, preciso y potente, lo que causó su desmayo al instante.
En ese momento, Kayrin, con sus poderes mágicos, creó una cúpula de viento que encapsuló al ninja.

—Serás ejecutado. —dijo Kayrin.

—¿De qué hablas? No creerás que tu palabra significa algo aquí, tu eres el objetivo principal. —dijo el ninja a Kayrin apuntándola con su daga.

El ninja, hábilmente arrojó una bomba de humo dentro de la cúpula. Cuando el humo se disipó, descubrió que el ninja había cavado un hoyo en el suelo y escapado a la planta de abajo, dejando a Darknes's inconsciente y a Kayrin desconcertada.
El ninja cayó en un pasillo, los guardias le vieron, tocaron la alarma y este, entre los pasillos iba asesinando a todos los guardias que encontraba.

—Cambio de planes, lo siento Eru, pero tu reina morirá primero.

......

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