2 ¿YA LEGAN?

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El arcángel Hazel, sentado en su trono, recostado la cabeza en su puño, abrió los ojos y pensó.

—Ahora que el está, quizá pueda descubrir más sobre este mundo.

Su ciudad estaba situada en la cima de una montaña sin pico, una montaña que atravesaba las nubes, la ciudad estaba encima de la montaña, era como estar en el paraíso.
Cogió su armadura y se la vistió, caminó hasta el borde de la ciudad, mirando hacia abajo, viendo gran parte del continente, pero una parte algo oscura.

—Ese vampiro debe vivir por allí. —dijo mientras se lanzaba hacia a bajo.

Abrió sus alas en la caída y se dirigió hacia el lugar oscuro, podía volar con las aves, tenía una mirada seria e intimidante, lo cual hacía que su vuelo sea perfecto.
En la mansión de Blitz, estaban el y Lilith, ella recostada en una cama, una de las de la mansión, y el en la terraza con un vaso de licor de sangre.

—Sigo sin entender que está pasando aquí.

Blitz dejó el vaso en la mesa de su terraza, habían dos pilares que sujetaban una cornisa, y a la derecha, en el pilar de la derecha había una gran lamia observando a Blitz.

—¿Quién eres tú? —preguntó Blitz a la lamia enroscada en el pilar.

—Vaya, que atento eres. —respondió. —Soy Nozël, el único hombre bestia. —añadió.

Blitz cogió otra vez su vaso y miró a la lamia de frente, a la cara.

—¿Cómo es que estás aquí? Nunca te vi antes.

—Creo que tengo la misma pregunta, he visto la luz, y me pareció raro, ¿no crees que deberíamos colaborar para saber como salir de este mundo? —dijo Nozël muy confiado.

Blitz no tenía tanta confianza en Nozël, pero no podía perder la oportunidad de un aliado para las investigaciones, Nozël miraba a Blitz esperando una respuesta, pero el vampiro pensaba en rechazar sabiendo que la necesita. Justo antes de responder llegó alguien...

—Vaya, creí que nunca te encontraría, vampiro. —dijo Hazel bajando del cielo hasta su terraza. —¿Y este quién es? —añadió.

—Soy lo que tu, pero de diferente lugar. —habló Nozël.

—Tranquilo, hasta ahora solo quiere averiguar como salir de aquí, como todos. —dijo Blitz a Hazel.

—Seamos razonables, cada uno busca como salir de este mundo, por alguna razón nos teletransportaron aquí, o eso creo, no nos conocemos, no podemos confiar en nosotros como si nada, pero tampoco podemos juzgar. —dijo Nozël.

—¿Ninguno ha visto a alguien más a parte de nosotros? —preguntó Hazel.

—La única persona nueva hasta ahora es la vampira que ha aparecido, supongo que todos nosotros ya estábamos, o hemos llegado aquí de otra manera. —recalcó Blitz mientras se sujetaba el mentón de manera pensativa.

—Vaya, eso es cierto, de haber venido como ella, creo que está charla ya habría comenzado hace tiempo. —dijo Nozël.

Tras hablar sobre el tema, el primero en decidir irse fue Hazel, luego la lamia, Nozël. Blitz se volvió a quedar solo, ya había oscurecido aún más y decidió bajar al almacén de sangre.
Mientras bajaba las escaleras, vio a Lilith parada en la ventana del salón, mirando hacia fuera. Ella no se percató de Blitz, y poco a poco se fue acercando a ella hasta hablarla.

—¿Ya estás mejor?

Lilith se asustó al no verle venir y por escuchar su voz así tan de repente, corrió hacia los sillones y se escondió detrás.

—Aún no se quien eres, no se que hago aquí, no se como he llegado aquí. Das miedo. —decía mientras temblaba tras el sillón.

—No te preocupes, yo también comparto alguna de tus dudas, pero no debes preocuparte, yo no voy ha hacerte ningún daño. —le decía Blitz mientras se acercaba al lugar donde ella se escondió. —Supongo que tendrás hambre... —añadió.

Lilith se levantó dejando ver su rostro de detrás de la silla...

—Si, tengo hambre. —dijo algo avergonzada.

—Pues sígueme.

Mientras Blitz se fue caminando,  Lilith le seguía por detrás a paso lento, por miedo.
Llegaron a una zona con escaleras estrechas que llevaban a una zona subterránea, caminaron hacia la derecha, el único camino posible, y legaron a ver una puerta etiquetada como almacén, pero había otras escaleras que bajaban aún más.

—¿Las otras escaleras, a dónde llevan? —preguntó Lilith con mucha curiosidad.

—Así que te has armado de valor para hablar. Esas escaleras llevan a las mazmorras. —recalcó Blitz mientras señalaba el lugar.

Lilith se asustó y se apresuró a agarrarle la mano como si fuera una niña pequeña, Blitz sonrió algo contento, abrió la puerta con una cerradura de huella dactilar.
Al abrirse la puerta, se podía observar estanterías con bolsas de sangre, separadas por tipo, dentro hacia frío para que no se gastara la sangre.

—¿De dónde has sacado eso, puedo coger?—preguntó Lilith babeando.

—Claro que si, puedes coger las que quieras, pero ten en cuenta que están separadas por tipo sanguíneo y por animal. —le dijo Blitz. —Tranquila, puedes probar y escoger tu tipo favorito. —añadió.

—Muchas gracias.

—De nada, disfruta. —dijo Blitz mientras se iba de vuelta hacia arriba, dejando a Lilith en el almacén de sangre.

Lilith se quedó, miró las estanterías y sin mirar las clasificaciones, cogió una bolsa, le puso la pajita, que estaba al lado y empezó a tomar sangre. Justo en ese momento empezó a sentirse cómoda, acabó rápido con la bolsa y cogió otra, luego salió y cerró la puerta, subió hacia la mansión tomando de la segunda bolsa de sangre, encontró a Blitz sentado en la silla, pensando.

—Am... Aún no me sé tu nombre, y quiero agradecerte por todo lo que estás haciendo por mi, y...

—Tranquila, ese es mi deber, me llamo Blitz, creo que te lo dije cuando nos vimos por primera vez.

—Entiendo, ya me acuerdo. —decía Lilith mientras se sentaba y se acomodaba.

Nozël pasó por una gran caminata hasta llegar a su hogar, pasaba por las casas en dirección a su castillo, tal y como estaban los demás, estaba solo, pero al pasar cerca de una taberna, sintió a un ser dentro, Nozël se paró un momento, miró la puerta y se fue.
Tras la partida de Nozël, de la taberna salió un chico, miró hacia el castillo de Nozël y se dirigió también tras los pasos del rey.

—Creo que se dio cuenta de mi presencia, en todo caso, vamos a intentarlo.

......

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