23 LAS CRÓNICAS DE SOLTICE (III)

8 2 0
                                    

La batalla en la mansión Varphel se prolongó durante horas, con ambos bandos usando todas sus habilidades y estratagemas para ganar la ventaja. El fuego y el ruido llenaron la mansión Varphel mientras las explosiones y las sangrientas luchas se desataban en cada esquina.

—Jóven Kromex, hoy acabarás como tu padre. —dijo uno con una sonrisa arrogante.

—Oh, querido amigo, subestimas mi poder. Estoy aquí para proteger a las vampiras, y no permitiré que te interpongas en mi camino. —respondió sonteniendo sus katanas firmemente.

—¿Y crees que puedes enfrentarte a los tres? Eres un necio. —dijo otro con desdén.

—Kromex, ten cuidado. —dijo Mirai a Kromex algo nerviosa.

—No te preocupes, Mirai. Estoy acostumbrado a este tipo de situaciones. —sonriendo con determinación.

—Confiamos en ti, Kromex. Muéstrales lo que eres capaz. —dijo Saray.

Kromex se lanzó hacia los tres vampiros moviéndose con velocidad y destreza. Sus katanas brillaban con un aura oscura mientras cortaba el aire con elegancia y precisión.

—¡Maldición! ¿Cómo puede ser tan hábil? —dijo uno.

—No subestimes a un maestro de las artes marciales vampíricas. —respondió Kromex.

Kromex esquivó los ataques de los vampiros con movimientos fluidos y rápidos. Con un giro ágil, cortó el brazo de uno de ellos, dejándolo inmovilizado y agonizando derrodillas.
Siendo rápido y preciso, desarmó al segundo vampiro y realizó un corte rápido horizontal con sus Katanas cortando su pierna haciendo que tambaleara.

—Ahora, es tu turno. —dijo Kromex desde atrás de todos, habiendo cortando el brazo del primero y la pierna del segundo.

El último vampiro trató de huir, pero Kromex pasó entre ellos moviéndose en Z, justo se paró delante de Saray y Mirai, todo en segundos.

—Está hecho. —dijo Kromex respirándo profundamente mientras guardaba sus katanas.

Al momento los tres perdieron la cabeza y cayeron al suelo.

—Kromex, eso fue increíble. Eres un verdadero guerrero. —dijo Mirai impresionada.

—Gracias por protegernos, Kromex. Eres valiente y poderoso. —dijo Saray agradecida.

—Estoy aquí para ustedes, para defenderlas. No hay nada que tema cuando están a mi lado. —habló Kromex. —Vamos a buscar al resto. —añadió.

Sasha se llegó al salón principal donde encontró a uno bebiendo los licores de sangre de la estantería. Se miraron, el vampiro rival sostenía una botella de licor en una mano, la cual rompió en la silla cercana, creando un arma improvisada.

—Veo que has decidido usar una botella rota como arma. Interesante elección, pero no me intimidarás. —dijo Sasha con una sonrisa desafiante.

—No subestimes el poder de un arma improvisada. Te aseguro que te arrepentirás de haberte cruzado en mi camino. Niña rica. —respondió.

El vampiro rival se abalanzó sobre Sasha con ferocidad, intentando golpearla con la botella rota. Sasha, ágil como una sombra, esquivó los primeros ataques, pero no pudo evitar algunos cortes superficiales en su piel pálida.

—Me has destrozado el pijama. No te dejaré salir impune por eso. —gruñendo.

Con un rápido movimiento, Sasha se acercó a su rival y hundió sus colmillos en su cuello. La sangre empezó a brotar mientras el vampiro rival luchaba por liberarse de su agarre. Sin embargo, Sasha no tenía intención de soltarlo.

—Tu sangre alimentará mi sed de venganza. —dijo con voz gutural.

Con fuerza, Sasha arrancó la cabeza del rival de un solo tirón. Su cuerpo sin vida cayó al suelo, mientras Sasha se limpiaba la sangre de su boca con satisfacción.

—Así es como se acaba con los débiles. —dijo. —¡Hay madre, el salón!

Sasha se quedó allí, en el salón ensangrentado, Carmilla, que se separó de Mirai y Saray, llegó hasta el almacén, sus pasos alertaron a unos cuantos y éstos la encontraron, ella con miedo intentó escapar pero uno la agarró el pelo y la estiró arrastrando su cuerpo en el suelo.

—Miren lo que tenemos aquí, una deliciosa presa para saciar nuestra sed. —dijo riendo.

—No se atrevan a tocarme, soy una vampira poderosa y haré que paguen por esto. —respondió con voz firme.

—¿Crees que puedes luchar contra los cinco? Eres solo una niña asustada. —dijo otro burlándose.

—No soy una niña, soy una vampira adulta y no me dejaré vencer tan fácilmente. —con rabia.

Los cinco vampiros la sujetaron con fuerza y la arrancaron la ropa. La vampiresa luchaba con todas sus fuerzas intentando liberarse pero eran demasiado fuertes para ella.

—Mira, parece que le gusta. Está luchando tan apasionadamente. —dijo uno riéndose.

—¡Suéltenme, asquerosos vampiros! ¡No me rendiré! —gritando.

La dejaron con los senos a la vista y con las bragas a un lado, uno de ellos se bajó los pantalones dejando a la vista su pene, estaba babeando. Cogieron a Carmilla de las extremidades y la abrieron las piernas, justo cuando estaban por penetrarla, la cabeza de uno de ellos salió volando.
Los 4 restantes soltaron a Carmilla y se asustaron, todos mirando a los lados.

—¡Qué carajos! —dijo uno mirando a los lados.

—¡Vuestra existencia insignificante no merece la oscuridad de la noche!

—¿Quién dijo eso?

—¿Qué creen que están haciendo? —preguntó Génesis saliendo al descubierto.

—¿Y quién eres tú para decirnos qué hacer, pequeña vampiresa? —respondió uno de manera burlona.

—Os daré una última oportunidad para retiraros antes de que las cosas se pongan realmente desagradables.

—¡Ja! No tienes idea de lo que estás diciendo. ¿Tu eres Génesis, verdad? —preguntó. —El juguete sexual de Bli...

Sin dejarle terminar, Génesis se lanzó hacia el vampiro con una velocidad y agilidad sorprendente decapitándolo de un solo corte con sus largas y finas uñas, dejando que su cuerpo sin vida caiga al suelo.

—¡Imposible! —gritó uno atónito.

—Esto es solo el comienzo. Les advertí que no jugaran con fuego. —decía Génesis mientras limpiaba la sangre de sus manos con indiferencia.

Otros dos vampiros se abalanzaron sobre Génesis, intentando tomarla por sorpresa. Sin embargo, ella esquivó sus ataques con una gracia y respondió con movimientos precisos y mortales.

—¿Siguen pensando que pueden ganar? —mientras decapitaba al tercero.

—Por favor... No me mates. —dijo el último con miedo.

—Demasiado tarde para arrepentirse. —respondió Génesis con desprecio.

Finalmente, Génesis se lanzó sobre el último vampiro restante desgarrando su garganta con sus afilados colmillos. La sangre salpicó su rostro y su ropa, pero ella no mostró ninguna señal de remordimiento.
Con su misión cumplida, Génesis se alejó de la escena, dejando atrás los cuerpos sin vida de los vampiros y a Carmilla como si no importara ella.

......

WORLD OF DUNGEONSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora