21 LAS CRÓNICAS DE SOLTICE (I)

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Era una habitación oscura y misteriosa, iluminada solo por unas pocas luces parpadeantes. En el centro de la habitación, cuatro personas estaban atadas con grandes cadenas y tenían bolsas en la cabeza. Al otro lado, tres chicas, Génesis, Lilith y Sasha, se preparaban para interrogar a sus cautivos.

—Sabemos que vienen de algún lugar. Queremos respuestas. ¿De dónde vienen? —preguntó Génesis con voz firme.

—No estoy seguro... no recuerdo exactamente de dónde vengo. —respondió el chico con voz temblorosa. —Solo recuerdo que ya estaba aquí.

—¡No juegues con nosotras! Sabemos que hay algo más detrás de todo esto. ¿Qué estás ocultando? —gritó Lillith con cierta hostilidad.

—Escucha, queremos ayudarte. Pero necesitamos la verdad. ¿Acaso te trajeron aquí a la fuerza? —preguntó Sasha con calma.

—No... no lo sé. Recuerdo vagamente estar en un bosque y luego desperté aquí, con ustedes. —respondió nervioso. —Yo...

—¿Te han preguntado algo más? —Le preguntó Génesis con una bofetada. —Entiendo que tu memoria pueda estar borrosa, pero necesitamos más información. ¿Has visto a alguien más? ¿Tienes alguna idea de por qué estás aquí? ¿Cómo te llamas?

—Lo siento... —dijo algo frustrado. —No tengo respuestas. Todo es confuso para mí también. Y... Me llamo Kromex. —respondió.

Las tres se dieron la vuelta y empezaron a hablar.

—Esta en lo cierto, yo tampoco supe como llegué aquí. —dijo Lillith.

—Este mundo es raro. —agarró Génesis su barbilla mientras hablaba. —El es un vampiro pero a mí me transformaron hace semanas.

—Yo también fui transformada, y venía del reino humano también, entiendo hasta donde quieres llegar. —le dijo Sasha a Génesis.

—¡Hola chicas! —gritó una de las prisioneras. —Yo os di mi nombre y todo lo que debéis saber, llevo atada aquí más tiempo de lo que puedo recordar, y nunca vi a esa nueva. —refiriéndose a Génesis. —¿Qué pasa, refuerzos? —se mofó.

—¿Tu eras la Mirai, no? —preguntó Sasha.

—Si. —respondió. —Entiendo vuestra postura, pero como vosotras, quiero sacar a mi hermana de aquí y salir. —miró a la otra chica. —Os puedo servir de ayuda.

Lillith se acercó a ella y la desató, su hermana fue la siguiente.

—¿Tu eras Saray? —preguntó Génesis señalándola.

—Ss... Si... —respondió con mucha timidez.

Mirai y Saray se quedaron en una parte de la habitación, solo quedaban el chico, cuyo nombre era Kromex y otra chica que aún no se levantaba.
La tensión en la habitación disminuyó un poco una sensación de confianza comienzó a surgir de repente.

—¿Porqué no me soltáis también? —preguntó Kromex.

—Das mala espina, ratito. —respondió Génesis.

—Yo también lo siento, se que lo sentís, la sensación que nos hace pensar que tenemos algo en común, no os voy a engañar. —dijo.

—Se que no nos vas a engañar, estas allí solo porque yo soy la mayor y tomo las decisiones. —dijo. —esa sensación... Es bastante confusa, la empecé a sentir hacia Blitz, Sasha y Lillith justo después de que me transformaran en vampiresa. ¿Qué será? —se preguntaba Génesis.

—Esa sensación es la de compartir un vínculo de sangre. —apareció Blitz hablando mientras bajaba las escaleras. —Yo soy un vampiro y puedo convertir a otros en vampiros a través de mi mordida o sangre. Todos aquellos a los que he mordido pertenecen a mi vínculo de sangre.

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