Capítulo 7

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Y el alma se me fue a los pies, no iba a mentirle a Levi, yo también me estaba enamorando de él, y tenía miedo que si dejaba que ese sentimiento que hiciera más grande, cuando una tragedia pasara ambos sufriríamos por el otro, no podría continuar con otra pérdida más en mi vida. La muerte de mi madre aún era algo reciente, habían pasado sólo unos meses desde que la había perdido, y no había tenido la oportunidad de hablarlo con mi padre.

Pero a pesar de ese miedo creciente, tampoco quería dejar escapar ese profundo amor que le estaba tomando al capitán, aunque sabía que no necesitaba de mi protección, quería ser la persona que lo cuidara cuando su mente jugara con él, quería hacerle saber que yo podía cargar junto con él la responsabilidad de ser los soldados más fuertes de la humanidad.

—Levi... yo... tampoco quiero perderte —le dije—. Pero me da miedo que si me enamoro más de ti, el día que algo te pase yo no lo soporte.

Levi me miró con firmeza, y con un poco de ternura.

—Pero tampoco voy a vivir sin decirte lo que siento por ti —continué—. No sé cuánto tiempo nos quede en este mundo, pero el tiempo que tengamos, quiero pasarlo contigo.

Por primera vez desde que había conocido a Levi, este, se quedó callado, todo parecía divagar en su mirada, vi ese brillo en sus ojos cuando no sabe qué debería hacer, no era algo que se viera muy seguido; verlo dudar... era algo inimaginable.

—Yo vengo de la ciudad subterránea —comenzó a contarme—. Erwin me reclutó tiempo después para entrar a la legión junto con mis dos amigos, en nuestra primera expedición... estuvo lloviendo bastante, y la niebla dificultó nuestra visión para ver a los titanes.

Por eso odias la lluvia...

Había escuchado que en la ciudad subterránea sólo había gente de bajos recursos o que no eran útiles para la humanidad, me costaba imaginar a Levi en ese lugar.

—Esos dos me convencieron de ir a la expedición a pesar de que yo les había dicho que no —continuó—. Y un titán anormal los mató cuando yo no estaba con ellos.

Lo escuché atentamente mientras veía cómo su mirada perdía ligeramente el rumbo de la realidad.

—Juré que si encontraba a alguien que me viera como ellos me veían, sería yo el que la protegería —finalizó.

Era incapaz de dimensionar cuánto dolor había cargado por tanto tiempo, por más fuerte que aparentemos ser, el peso de tantas muertes recae sobre nuestros hombros, y la responsabilidad de asesinar a esos monstruos no lo hacía más sencillo.

—Ya no tienes que cargar con todo esto tú sólo —le dije—. Yo te cuidaré de los demonios que te atormenten.

Y en un movimiento inesperado Levi dejó caer su cabeza en mi pecho y me rodeó con sus brazos, escuché su lenta respiración y como poco a poco su cuerpo comenzaba a relajarse. Le acaricié la cabeza con suavidad, su cabello era suave y sedoso, era tan negro como la noche.

—Todo estará bien —le susurré—. Ambos somos fuertes, somos capaces de manejar esto, no por nada te dicen el soldado más fuerte de la humanidad.

Nuestras miradas se volvieron a encontrar y él asintió.

Quise sonreírle pero en lugar de eso le dediqué una mueca de dolor. Ya había estado mucho tiempo parada y la fractura me comenzaba a doler.

—¿Te importaría ayudarme a llegar a la cama? —le pregunté avergonzada.

—Me hubieras dicho que te estaba doliendo la costilla y hubiéramos tenido esta conversación sentados —respondió Levi mientras tomaba su mano con firmeza.

Freedom | Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora