Capítulo 18

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A la mañana siguiente decidimos ir a comprar los muebles para nuestra casa.

—Creo que deberíamos comprar un comedor nuevo —le dije—. Y tal vez ropa nueva...

—Y tal vez otros juegos de té —continuó Levi—. También necesitamos artículos de limpieza.

—Me encanta tu sentido de limpieza.

Levi esbozó una sonrisa y salimos de la casa.

(...)

—Miren es el capitán Levi.

—Y la capitán Elizabeth.

—Los soldados más fuertes de la humanidad.

—Escuché que la capitán Elizabeth obtuvo su rango a tan sólo unas semanas de su ingreso a la legión.

—La gente nos conoce —murmuré.

Levi tronó la boca.

—Que molestia.

Me reí un poco y entramos a la primera tienda.

—¡Capitán Levi! —exclamó el dueño—. ¡Capitán Elizabeth!

—Buenos días —saludé—. Estamos buscando algunos juegos de té.

—Por supuesto —respondió—. Por aquí por favor.

Pasamos a la bodega de la tienda y dimos un pequeño recorrido, dentro de lagunas vitrinas estaban los juegos de té.

La mayoría eran de porcelana, blancos y con algunos toques dorados, otros eran de color negro con bordes plateados; también había de colores más vívidos, esos últimos estaban descartados.

Levi y yo intercambiamos una mirada y supimos que juegos nos llevaríamos.

—Nos llevamos el blanco y el negro —anuncié.

Salimos de la tienda con algunas cajas y caminamos hacia nuestra carreta.

(...)

Ya en nuestra casa, llegamos a acomodar las nuevas cosas que habíamos comprado.

Poco a poco sentía que esta casa era nuestro hogar, quería imaginarme una vida con Levi, una vida llena de libertad para mi y nuestra familia.

—¿En que piensas querida?

Lo miré rápidamente, acomodando las ideas de mi cabeza.

—En el futuro —respondí—. Imagino una vida llena de amor y felicidad, una donde no tengamos que luchar.

—A pesar de eso —me dijo—. No querría tener otra vida donde no estés tú, esas malditas escorias no significan nada en tanto estés a mi lado.

No sabía que Levi podía expresar sus sentimientos de esta manera, estaba acostumbrada a sólo tener a mis padres como apoyo.

Aún cuando mi infancia tuvo más color que la de Levi, yo era incapaz de demostrar lo que sentía, no era porque no sintiera algo, simplemente no sabía como demostrarlo, mis padres se dieron cuenta de eso en tanto me vieron.

No sólo vieron una niña corriendo por su vida, vieron algo digno de salvar, vieron que yo tenía valor.

—Siempre dices esas bellas palabras —dije sonrojada—. Yo jamás he sabido expresarme así... temo que creas que no siento lo mismo por ti.

Todo se quedó en silencio.

—Estoy enamorada de ti mi amado Levi —continué—. Siento tantas cosas por ti, y no sabes cuanto admiro que a pesar de que has perdido a personas que amas seas capaz de decir lo que sientes yo no...

Freedom | Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora