Capítulo 1

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—No te voy a obligar a entrar a la legión —me dijo mi padre—. Quiero que sea tu elección, tendrás mi apoyo incondicional en lo que sea que decidas.

—Sin embargo, quisieras que no lo hiciera —titubee.

Mi padre me dedicó una melancólica sonrisa.

—No pude estar con tu madre en el momento de su muerte —me dijo—. No dejaré que eso suceda contigo.

Habían pasado sólo unos meses desde la muerte de mi madre, y aún no quería pensar mucho en ello.

A pesar de eso le devolví la sonrisa a mi padre.

—Entraré a la legión —dije decidida.

—Entonces deberás usar el apellido de tu madre —declaró.

(...)

—¡Consagren sus corazones! —gritó el comandante Erwin haciendo el saludo oficial.

Después de saludar como corresponde, nos acercamos al comandante Smith para que nos diera instrucciones.

—Sus nombres, soldados —exigió.

No escuché ninguno de los hombres de mis compañeros, y no fue porque no me interesara, estaba absorta pensando en si mi madre estaría orgullosa de que yo hubiera entrado a la legión, aunque probablemente estaría más preocupada que mi padre.

—Elizabeth Forks —dije en cuanto fue mi turno.

—Primera en tu clase ¿cierto? —preguntó.

—Así es señor —respondí.

—Tuviste las mejores calificaciones que haya visto en varios años —continuó.

—Es un honor viniendo de usted comandante —dije con honestidad.

El comandante terminó de tomar los nombres de los soldados que habían entrado a la legión.

—Nos iremos de inmediato al cuartel principal de la legión —declaró el comandante—. Ya se les ha asignado un escuadrón.

Todos asentimos y entramos a una pequeña carpa donde nos entregarían nuestros nuevos uniformes.

—Talla mediana... —alcé la chaqueta con las alas de la libertad bordadas en ella—. No... es enorme, talla chica será.

Cambié mi uniforme y dejé que mi cabello cayera por mi espalda.

—Escojan su caballo —nos ordenaron.

Paseé por los establos y me acerqué a un caballo considerablemente más alto que yo, era tan negro como el color de mi cabello, tenía una mirada tan amable como la de mi madre e igual de segura que la de mi padre.

El animal caminó hacia mí y realizó una ligera reverencia, incliné la cabeza y comenzamos a cabalgar. El viento en mi cara refrescó mi mente, era por mucho de mis cosas favoritas de este mundo, esa pequeña pero valiosa libertad de ver el cielo estrellado.

Después de cabalgar un buen rato, cayó la noche y habíamos llegado justo a tiempo para conocer al escuadrón que nos había reclutado. Dejamos los caballos y caminamos hacia la oficina general.

—Elizabeth Forks.

Pasé a la oficina y saludé al comandante.

—Comandante.

—Fuiste solicitada por todos los capitanes de la legión —comenzó—. Eso es toda una hazaña para alguien con tan poca experiencia.

—Gracias señor.

—Sin embargo, te dirigí para el escuadrón del capitán Levi —continuó—. Me parece que ahí podrás desarrollar aún más tus habilidades en batalla.

Freedom | Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora