Capítulo 3

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La siguiente semana pasó más rápido de lo que pensé.

—Me sigue pareciendo extraño que Levi haya cuestionado tu peinado —dijo Petra poniéndose el equipo de maniobras—. Como seguramente ya te habrás dado cuenta, él no se fija en cosas así.

—Lo sé —concedí—. Pero creo que es... mera atención de su parte que se fije en cosas como mi peinado, y más de alguien que acaba de ingresar al escuadrón.

—¿Atento? —preguntó incrédula—. Creo que va más allá de atención Lizzie, ¿no entiendes que nadie le había importado de esa manera?

No quería pensar que se trataba de algo más que atención, porque eso significaría que de algún modo yo le importo al capitán y eso sería... especial.

—¡Soldados! —gritó el comandante Erwin—. ¡Consagren sus corazones!

Y salimos a todo galope de la muralla Rose, el cielo estaba despejado y una agradable brisa me golpeaba la cara; el capitán Levi estaba justo frente a mí, por lo que se nos había ordenado la misión no duraría ni un día, sólo teníamos que investigar si los titanes eran capaces de recorrer grandes distancias con tal de comernos.

Mantuvimos un ritmo constante por un rato, hasta que el escuadrón vio una bengala que nos avisaba la cercanía de un titán.

—Petra dispara —ordenó el capitán.

—¡Si!

Mi compañera lanzó la bengala y la dirección de la formación cambió, nosotros a pesar de que estábamos en primera fila no nos encargábamos de detectar titanes.

Y de pronto el suelo comenzó a retumbar demasiado cerca de nosotros.

¿Qué rayos es eso?

—¡Titanes por la derecha! —gritó Erd.

—¿¡Qué hacen dentro de la formación!? —pregunté.

—¡Las filas de la derecha deben estar muertos!

No podremos usar el equipo de maniobras en campo abierto, estamos en desventaja...

—Bájense de los caballos —ordenó el capitán.

—¿¡Capitán!? —gritó Petra.

A pesar de la peculiar y riesgosa orden del capitán, nos bajamos de los caballos y combatimos a los titanes al nivel del suelo.

Miré a Petra y ella asintió.

Atoré mis ganchos al muslo de uno de los titanes, me impulsé hacia atrás y le corté el talón de Aquiles, hecho esto el titán cayó de bruces dándome acceso a su nuca, alineé mis cuchillas y le hice un corte limpio matándolo al instante.

Y justo como en mi práctica mi cuerpo se oscureció con la sombra de un titán anormal de 15 metros de alto. Apunté mis ganchos a sus hombros y disparé, di algunas vueltas hasta llegar a su nuca y poder cortar con facilidad, su sangre me salpicó un poco en el rostro.

Miré a mi alrededor y ya no vi rastro de algún titán. Llamé a mi caballo y cabalgué hasta que logré ver la sombra de uno de los integrantes de mi escuadrón. Era el capitán Levi.

—Capitán.

El hombre me miró.

—El de quince metros era un anormal ¿cierto?

—Así es —confirmé.

—Y fuiste capaz de matarlo a una velocidad que no he visto en ningún recluta —continuó—. Bien hecho.

—Gracias —le dije con una sonrisa.

Pude notar que el capitán alzó ligeramente las cejas.

—Hay que reunirnos con el resto —declaró.

Freedom | Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora