Freedom | Levi Ackerman

Capítulo 37

Podía sentir ese vacío que estaba en mi mente, no era el mismo dolor que sentí cuando perdí a Petra, este era un dolor diferente, jamás volvería a hacerme sus bromas sarcásticas, ni me diría lo orgullosa que estaría mi madre de mí.

Con el tiempo la humanidad de mi padre se fue evaporando, y fue imposible volver a recuperarla, cada día que pasaba veía como su puesto acababa con él, nunca dejó de hacer apuestas sobre la vida de sus soldados.

—Lizzie... estás llorando —me dijo Levi.

Llevé mis manos a mi rostro y comprobé lo que Levi me dijo, no me había dado cuenta cuando había empezado a hacerlo.

—Levi... mi padre... él... se fue...

Y simplemente todas las palabras se fueron de mi boca, el llanto fue incontrolable y esa sensación de perder a otra persona que amaba se apoderó de mi mente, podía sentir como todo mi cuerpo comenzaba a temblar.

Pronto el calor de Levi me envolvió con suavidad y me abrazó con firmeza.

—Lo sé Lizzie... lo sé...

Cada segundo fue peor que el anterior, la pérdida de Petra y la pérdida de mi padre nublaron mi mente y nada de lo que pensara me calmaba.

—Lo lamento.

(...)

Después de un rato, pude dejar de llorar y me quedé recostada en el pecho de Levi, sentía como su mano sobaba mi espalda.

—¿Quieres hablar de tu enfrentamiento contra el titán bestia?

Me levanté un poco y vi cómo su rostro se ensombreció un poco, no sabía que infierno había sido peor.

—Fue una masacre... todos esos soldados se suicidaron para que yo pudiera acabar con ese maldito mono —comenzó—. Ese imbécil arrojó piedras como si sus vidas no valieran nada, jamás había tenido un enfrentamiento de esa magnitud.

Seguramente había sido espectacular, las habilidades de Levi en batalla siempre eclipsaban la mente, su análisis para actuar en base a la situación y su manera de moverse para acabar con los titanes era realmente impresionante.

—Y cuando finalmente lo tenía un adefesio cuadrúpedo se lo llevó —continuó—. Luego de eso el mono gritó y la otra mitad de titanes fue por mí.

—¿Creíste que ese sería tu fin?

—Claro que no —respondió—. Le hice una promesa a Erwin, que ahora está viva en ti, yo mataré al titán bestia.

No podía imaginar el escenario que me contaba Levi, ver a nuestros compañeros morir siendo aplastados por un monstruo que se divertía haciéndolo.

—¿Qué hay de ti? —me preguntó—. Ese resplandor fue la transformación de un titán ¿no?

—Así es, fue el titán colosal —le dije—. Cuando se transformó el impacto me dio a mí al momento de salvar a Hange.

—Por eso estabas débil...

Asentí.

—Después de eso me desmayé y me golpeé la cabeza —continué—. Para cuando desperté el distrito estaba en llamas y todo estaba siendo destruido por el titán colosal, el titán acorazado apareció de entre los muertos y parecía que las cosas no iban a mejorar.

—Esta misión fue... ni siquiera sé cómo describirla.

—Fue una locura.

—Lizzie...

—¿Sí?

—Yo... lamento no haberte...

—No sigas —le pedí—. Yo tomé tu lugar para recibir la amenaza de Mikasa, y no me arrepiento de hacerlo hecho.