Capítulo 16

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—¡Vamos Connie!

Connie, había deducido que el chico a rapa y Sasha eran mejores amigos, venían del mismo poblado; y hasta parecía que eran hermanos.

El chico se estaba enfrentando a Levi, y aunque aún tenía la pierna lastimada, no impidió que lanzara a Connie al suelo tres veces.

—Sigues tú Mikasa —ordené—. ¿Contra quién te quieres enfrentar?

La chica miró con un poco de desprecio a Levi, me parece que todavía le guarda rencor por la paliza que le dio a Eren en el tribunal. Levi lo sabía, pero nunca le tomó importancia y sólo tronó la boca.

—Quiero enfrentarme contra usted —declaró Mikasa.

Asentí y dejé los expedientes a un lado.

—Por favor, comienza.

Mikasa era un poco más alta que yo, pero durante la expedición había notado que muchas veces sus movimientos eran impulsivos, y no medía el tamaño de sus golpes.

Me tomó de mi brazo derecho para doblarlo hacia atrás, y cuando tocó mi espalda con mi pierna hice un círculo para tirarla al suelo, me impulsé con la otra pierna y di una vuelta lateral; zafando así mi brazo de su agarre.

La chica me miró desde el suelo asombrada.

—Gran trabajo —la felicité—. Ahora veremos sus habilidades en el equipo de maniobras.

Llegamos a la zona de árboles y dimos instrucciones.

—Trabajarán en parejas —ordenó Levi—. No fallen.

—Levi y yo les haremos una demostración de lo que harán en este entrenamiento —continúe—. Aunque ya sabemos que trabajan bien de forma individual, en la última expedición nuestro error fue no estar preparados para combatir en equipo.

Todos asintieron y formaron una fila.

—Sasha y Connie —anuncié—. Jean y Mikasa y... Claire y Armin.

Los chicos se colocaron su equipo de maniobras y subimos a los árboles.

—Recuerden comunicarse —aconsejé—. De nada sirve que tengan habilidad si no la saben combinar con las de su compañero.

Dicho eso Levi y yo disparamos nuestros ganchos y salimos volando por el aire.

(...)

—Bien hecho chicos —les dije—. Pueden irse a la casa, la comida ya debe estar lista.

Sasha gritó de emoción y salió corriendo.

El resto de los reclutas bajó de los árboles y se perdió entre el follaje.

Me senté en una de las ramas y respiré hondo.

—¿Estás bien? —me preguntó Levi sentándose a mi lado.

—Si —respondí—. Estaba pensando en que no deberíamos luchar por ver qué hay más allá de estas murallas.

Levi se quedó callado.

—Escuché a Armin hablar del mar —continué—. Dice que es tan grande que sobrepasa el horizonte, y el agua es salada ¿te imaginas lo bello sería verlo?

Mar...

—El viento en la cara... y esa agua salada tocando tus pies —imaginé—. Me hubiera gustado que mi madre lo viera.

—Nosotros lo haremos —me aseguró—. Veremos el mar juntos.

Sonreí con melancolía, Levi tomó mi mano y la entrelazó en la suya.

Freedom | Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora