Freedom | Levi Ackerman

Capítulo 24

** Explicación: ya nació el bebé de Elizabeth y Levi, y dada la situación adecué el tiempo de la historia para que no pierda sentido, ahora nos encontramos cuando el pastor Nick aparece muerto y comienzan los nuevos experimentos de Hange con Eren **

El llanto del bebé me despertó a mitad de la noche.

Me levanté en silencio de la cama, y cargué a mi hija en brazos, la mecí suavemente y acaricié su cabeza con delicadeza.

Había pasado el mes que había prometido ante Erwin, y tanto Levi como yo teníamos que regresar a servir a la humanidad mañana, estuvimos entrenando sin parar el último mes, entre cuidar a la bebé y nuestro entrenamiento, los dos terminábamos agotados al final del día.

Hasta que ya no pude seguir saliendo a misiones nos mudamos temporalmente a nuestra casa.

Espero que la bebé esté bien en nuestra ausencia...

—¿Preocupada?

Vi a Levi parado en el marco de la puerta con una taza de té.

—Un poco —respondí.

—Podemos esperar más tiempo si no estás preparada.

Negué con la cabeza.

—Puedo hacerlo —aclaré—. Ya estuvimos mucho tiempo sin salir, y la legión nos necesita...

—Será interesante ponernos al tanto de la situación —dijo pensativo Levi—. Estas nuevas circunstancias nos están moviendo mucho los planes de recuperar la muralla María.

—Sin duda este escuadrón ha venido a poner de cabeza a la legión y a la humanidad —dije risueña.

—He de decir que no me agrada andar cuidando a esos dos... pero no podemos descuidar a esos mocosos.

—Esos dos mocosos mi querido Levi son clave para mantener la paz en la humanidad —le dije.

Levi me devolvió la sonrisa.

—Llámalos como quieras Lizzie, son mocosos.

Levi me extendió los brazos para que él siguiera durmiendo a la bebé.

Cada que lo veía pasar tiempo con nuestra hija era un escenario de lo más cautivador, se convirtió en una de mis cosas favoritas.

—No tienes idea de lo tranquilo que me siento cuando Sarah duerme —susurró.

—Me gusta verte así —le dije—. Te ves tan pacífico, nadie diría que toda la legión te tiene miedo.

La suave y lenta respiración de la bebé intervino en la conversación.

—Vamos a dejarla dormir —anuncié—. Tenemos que alistarnos.

—Me parece que estás muy emocionada por salir de nuevo.

Sonreí.

—Claro que lo estoy —concedí—. No descansaré hasta que esta familia tenga un mundo en paz donde vivir.

—Tampoco yo Lizzie.

—Hay que apurarnos, debemos llegar antes del amanecer al cuartel.

(...)

—Por favor cuídate mucho Lizzie —me dijo la amiga de mi madre—. Esta pequeña niña no crecerá sin padres.

—No te preocupes Paola —la tranquilicé—. Estaremos de regreso pronto.

—Capitán Levi es un honor conocerlo —dijo el esposo de la amiga de mi madre.

Levi asintió.

—Les agradecemos por cuidar de nuestra hija.