Capítulo 45

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Pasaron varios días desde que nos habíamos subido al barco, y yo ya había sanado bastante, aún no podía caminar sola, pero necesitaba menos ayuda de Levi, también podía hacer algunos pequeños esfuerzos; ahora me sentía de más ayuda para esta situación.

Cuando llegamos en la noche al puerto de los Azumabito los hombres comenzaron a sacar nuestra nave de escape para comenzar a prepararla.

—Elizabeth deberías descansar todavía...

—Ni hablar —negué—. Soy un soldado, esto es por lo que consagré mi corazón ¿no? Por el bien de la humanidad.

Toda la conversación con Yelena me dio náuseas, no podía soportar escuchar cómo era la forma de pensar de Eren, toda esta masacre que estábamos viviendo, tal vez sucedió porque no le dimos otra opción a Eren.

—Por favor admitan que Zeke tenía razón... —suplicó Yelena—. El plan de eutanasia era la única salvación de Eldia...

—Si, lo admito —dijo Hange—. Eren no nos dio una solución, ni esperanza... o un futuro para todos nosotros... sólo nos demostró mi impotencia como líder.

(...)

—¡Hange! ¡Nos vamos en una hora!

—¡Entendido! —gritó—. Bueno ya lo escucharon... verifiquen sus equipos.

—¡Sí comandante!

Levi me había dicho que debía estar sentada el mayor tiempo posible para así ahorrar todas mis fuerzas para la batalla, y fue hasta ese momento que me percaté de la fuerza que necesitaba para usar el equipo de maniobras. Las manos me temblaban al momento de probar los gatillos del equipo.

—Es la primera vez que me tiemblan las manos... mi fuerza...

La impotencia que sentía en ese momento fue incomparable, no me podía permitir estas estupideces en este momento, tendría que aferrarme con fuerza a todo lo que tuviera para ser la capitán que los chicos necesitaban.

—Capitán...

Podía sentir todas las miradas de mis subordinados sobre mí, incluso la de Hange.

—Cuando lleguemos a Eren habré recuperado mi fuerza —anuncié—. No hay problema.

Todos los chicos asintieron y despidieron con emoción a Annie. Petra, Levi y yo no la vimos partir; los tres la odiaríamos de por vida, no habría nada que ella pudiera hacer para que la perdonáramos, simplemente la ignoramos al momento de irse.

—¿Estás segura de querer estar de nuestro lado? —le preguntó Hange a Pieck—. Si logramos detener el retumbar la situación de Marley no cambiará...

—Lo sé —respondió—. Pero el general Magath nos dio una última orden... colaborar con ustedes y pelear.

Al final nos terminamos uniendo...

—Pieck me gustaría sentir la temperatura del titán carguero la próxima vez...

—¿Qué estás diciendo? —preguntó asqueada.

Me reí un poco.

—No cambias con respecto a su fascinación con los titanes Hange —le dije.

—Pronto nos llevaremos bien —nos aseguró—. Oigan chicos... ¿creen que nuestros compañeros nos están viendo?

Esa pregunta... papá...

—Suenas como...

—Detente con esa mierda —espetó Levi—. Suenas igual a Erwin.

—Levi —lo regañé—. Yo creo que...

Una serie de disparos aparecieron para atacarnos.

—¡Claire!

Freedom | Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora