Capítulo 34

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—Erwin —dijo Levi—. El acorazado se dirige hacia acá.

A lo lejos vimos que los pies y manos del titán tenían algo parecido a las garras de un animal.

—Atención todos —anunció Erwin—. Eviten el enfrentamiento con el acorazado.

—¡Sí señor!

—Comandante, ese titán tiene una carga encima —observé.

—Ese titán cuadrúpedo tiene la capacidad de razonamiento —continuó el comandante—. Puede que haya más.

El grito el titán cubierto de pelo se hizo presente, y la horda de titanes que lo acompañaba comenzó a correr despavoridos.

—¡Se mueven!

—Un gran número de titanes de entre dos y tres metros viene hacia acá —declaré.

Los más grandes siguen con esa bestia... todavía tienen más cosas preparadas. Nos están rodeando por completo para dejarnos morir por falta de suministros.

—¡Comandante el acorazado ya casi está aquí! —informó Armin—. ¡Y todavía no sabemos dónde está Bertholdt!

—¿Ya vas a decir algo? —espetó Levi—. Pude haber desayunado antes.

Tan paciente como siempre Levi.

—¡Escuadrones de Dirk y Marlene vayan a la puerta interior donde se encuentra el escuadrón Klaas! —ordenó—. ¡Protejan a los caballos!

—¡Sí señor!

—¡Escuadrones de Hange y Elizabeth derriben al titán acorazado! —continuó—. ¡Consagren sus corazones!

—Ya lo escucharon —decretó—. Andando.

—Levi, Elizabeth y Armin esperen un momento.

—¿Qué ocurre?

—Sólo quiero que tu Elizabeth escuches esto —explicó—. Levi no irá contigo, se quedará aquí junto con Armin.

—¿Quieres que proteja a los caballos? —preguntó Levi.

—Si —respondió—. Además quiero que mates a ese titán cuando puedas, eres el único que puede matar al titán bestia.

—No entiendo porque tengo que...

El comandante no dijo nada, y la respuesta vino a mi mente, si Levi se enfrentaba al titán bestia en campo abierto, sería mucho más difícil acabar con él; yo sabía que él podía hacerlo, pero nunca sabía cómo podían cambiar las cosas, el comandante sólo se estaba asegurando de que yo supiera lo que podía pasar.

Levi no dejó de mirarme, los dos sabíamos que podría ser la última vez que nos viéramos, pero a pesar de eso haríamos hasta lo que no con tal de vernos de nuevo.

—Confío en ti Elizabeth —me dijo.

De todo lo que pude haber imaginado que me dijera, él dijo esas cuatro palabras, justo lo que yo quería escuchar.

—No me convertiré en viuda —lo amenacé—. Más te vale regresar, soldado más fuerte de la humanidad.

—Compartimos ese título —dijo con una sonrisa.

Le devolví el gesto y me acerqué a su oído.

—No te besaré hasta que esto haya terminado —susurré—. De ti depende si me quieres ver desnuda otra vez.

No le di oportunidad de responder, comencé a correr y grabé en mi memoria todas las facciones de Levi.

—¡Ahorita nos vemos Armin! —grité.

Freedom | Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora