LA PRIMERA MIRADA EN OCHO AÑOS

647 67 0
                                    

Ozai rugió al avistar las torres de la fortaleza roja, Daena pensó que fue su manera de avisar que estaban de regreso en la capital, así que la princesa soltó una sonrisa cuando sobrevolaron la ciudad. El sol estaba casi en su punto más alto, por lo que el enorme dragón negro con dorado creaba una sombra que tapaba varias calles al pasar.

Daena y Ozai sobrevolaron la ciudad dos veces antes de dirigirse al pozo del dragón para descender. La princesa de cierta manera sentía la alegría y energía que emanaba de su dragón de estar de nuevo en Kings Landing. Así que tan solo bajo un par de niveles de la cuerda de su dragón y se lanzo al suelo en un brinco.

Los cuidadores del pozo se acercaron al dragón.

- Se podría decir que Ozai había extrañado estar en casa, princesa – dijo uno de ellos.

- No tenga la menor duda – contesto la princesa.

Daena se dio la vuelta un poco distraída.

- Bienvenida de regreso, princesa – contesto el caballero de capa blanca montado en su caballo negro.

- Hola – contesto la princesa de manera simple, pero frunció un poco el ceño - ¿Eres nuevo, cierto Sir...?

- Sir Criston Cole mi princesa, y me halaga, pero no, he estado al servicio del rey Viserys por mas años de los que me gusta contar. Incluso estuve presente en el funeral de su madre.

Daena sonrió con pesar y asintió.

- Lamento asumir lo contrario tan rápido, me he alejado de la corte por muchos años – la princesa comenzó a quitarse los guantes de cuero negro - ¿Cómo supo que estaría aquí?

- Su abuela la princesa Rhaenys dijo que había posibilidad de que viniera y su dragón hizo un espectáculo al aparecer en el horizonte.

La princesa rio para sus adentros mientras sentía.

- Así que el príncipe Aemond me ha ordenado venir por usted – prosiguió el capa blanca.

Esas palabras la habían puesto de nervios, esperaba llegar de incognito mezclándose entre la gente de la ciudad, entrando al castillo por los pasadizos que le había enseñado su padre cuando era niña. Esperaba que no hubiese un gran recibimiento a su llegada, pero lo que más la ponía de nervios era ver a Aemond.

- ¿Y quiere que me vaya en eso? – sonrió la princesa apuntando al carruaje real – vamos dame un caballo.

- Pero es una princesa – dijo sir Criston.

- Y no me voy a quebrar solo por ir a caballo, he montado cosas más feroces.

Sir Criston lo pensó por un par de segundos, la reina se enojaría de saberlo, pero no podía desafiar los deseos de una princesa. Así que con un solo gesto de cara le ordeno a uno de sus hombres que bajara de su caballo para la princesa. Daena sonrió y monto a lomos del caballo negro.

- ¿sucede algo? – pregunto al percatarse de que el caballero la admiraba con una leve sonrisa.

El negó con la cabeza.

- Mejor vámonos – contesto Sir Criston avanzando junto con la princesa.

La verdad es que esa picardía, rebeldía, el cabello plateado y el titulo Sir Criston ya lo había visto antes: en Rhaenyra.

Avanzando por las calles de la ciudad hasta el castillo, la princesa se sentía fatal por la gente, había muchas personas enfermas, sucias, mercados donde todo era un desorden, definitivamente todo era muy distinto a Pentos. Pues la princesa aparte de haber inspirado a otros cirujanos a brindar sus servicios al pueblo, había inspirado a maestros en dar pequeñas lecciones en los sitios comunes de la ciudad. Mas allá de la protección que Daena y Ozai daban a Pentos, el príncipe le estaba agradecido en mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos, un trabajo que definitivamente no le vendría nada mal a Kings Landing.

THE BLOOD OF OLD VALYRIA (DAENA Y AEMOND)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora