OLDTOWN

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Fue muy emotivo para Daena dejar Pentos, aun sabiendo y prometiendo que vendría de visita de nuevo, pero solo serian visitas. El castillo ya no seria su hogar, ya no se le vería en la plaza o en el comedor comunitario, extrañaría la playa, las tabernas, el aire fresco y su caballo River, lo que más extrañaría seria al príncipe y su familia.

- No llores princesa – dijo Reggio sosteniendo las manos de Daena – la próxima vez que nos veamos traerás un príncipe o princesa en brazos.

- ¿Vas a tener un bebé princesa? – pregunto uno de los hijos de Reggio.

Daena rio mientras negaba con la cabeza y las lágrimas aun se le deslizaban por las mejillas.

- Algún día Qhar – dijo la princesa besando la mejilla del pequeño príncipe de ocho años.

Todos se habían sorprendido cuando Aemond y Daena llegaron corriendo al castillo anunciando que esa misma noche partirían a Westeros, querían irse lo más pronto posible para que los padres de Aemond no se enteraran de los planes que tenían y evitar que les detuviesen. Al final el príncipe Reggio apoyo la decisión de la princesa y su prometido.

- Serás muy feliz, princesa – dijo Reggio dejando un beso en el cabello de la princesa.

Esta le sonrió de regreso para luego subir a lomos de su dragón. Vhagar y Ozai sobrevolaron la ciudad dos veces a manera de despedida, todos salían a las calles para ver a los dragones aletear sobre sus techos y luego tomar rumbo al oeste.

El camino a Westeros fue bastante lluvioso, entre mas se acercaban a los siete reinos más llovía, por fortuna Ozai y Vhagar eran dragones grandes que podían volar contra la gran tormenta, aunque esto les hacia ir un poco mas despacio. Después de largas horas avistaron el castillo de Bastion de Tormentas, era perfecto para descansar hasta el amanecer, Daena sabía que su tío Lord Borros le guardaría el secreto de su visita.

Ambos príncipes y sus dragones fueron acogidos por el señor de Bastion de Tormentas, se les dio una habitación (respectivamente), tinas con agua caliente y cena para recobrar fuerzas. Aemond después de la cena y de una corta platica con Lord Borros, se fue a la cama estaba exhausto de todo el viaje. Por otro lado, Daena estuvo despierta hasta tarde hablando con sus primas, las cuatro estaban emocionadas por el matrimonio de la princesa, aunque también les causaba ilusión el viaje a la capital para celebrar la boda y le enseñaron a Daena los vestidos que iban usar ese día. Daena se sintió un poco mal, porque sabía que las intenciones de sus primas eran comprometerse con algún lord en el viaje a la capital.

Las cinco doncellas se quedaron dormidas cerca de la chimenea de la habitación de Lady Cassandra. Y al siguiente día Daena partió temprano, dejo dormir a sus primas y salió del cuarto en silencio.

Una vez más Ozai y Vhagar se pusieron en marcha por los cielos, esta vez directamente hasta su destino: Antigua, la cede la casa Hightower.

Daena sentía la adrenalina recorrerle todo el cuerpo, sus emociones eran un lio en ese momento: estaba emocionada de que por fin se casaría con Aemond en unas horas y aún más le emocionaba el que Aemond se sintiera igual, la verdad es que le sorprendía que el príncipe fuera en contra de los deseos de su madre y que le propusiera fugarse para casarse. Por otro lado le ponía nerviosa como reaccionaria el tío de Aemond al saber que estaban ahí para casarse en secreto, y es que ponían en riesgo sus planes al presentarse en Antigua. Pero habían elegido ir ahí para que el mismo Septón Supremo les casase.

A diferencia del camino a Bastion de Tormentas, el clima había sido bueno esta vez; el sol brillaba, el cielo resplandecía en azul claro y las nubes se esparcían. Daena sintió que Aemond la observaba, así que cuando volteo a la izquierda el príncipe apunto hacia el frente.

THE BLOOD OF OLD VALYRIA (DAENA Y AEMOND)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora