𝗖𝗦» Rosé ya no tiene 18, no ama los viernes, pero sí la pizza y los cómics. Algunas cosas no cambian.
Jisoo por su parte... sigue siendo una destacada maestra, todo lo destacada que puedes ser trabajando en una escuela secundaria de Los Ángeles...
—Mierda, Sohee —sonrío observando como mi novia se desnuda en la llamada de vídeo—. Esa lencería se te ve increíble.
—¿Ah sí? —pregunta ella sonriente— ¿Te gusta ésta o la roja?
Observo como deja el teléfono junto a la ventana y modela su conjunto negro para mí.
Es preciosa, y tiene un cuerpo despampanante.
Que suertuda soy de tenerla.
—Me gusta la modelo, definitivamente —susurro—. ¿Vendrás hoy a dormir conmigo?
—¿Estarán los tres idiotas? —pregunta ella burlona.
Si bien somos amigos desde que Sohee y yo salimos, ella realmente detesta que yo viva con mis tres muchachos, es por eso que incluso luego de comprometernos, no vivimos juntas.
No puedo dejar a mis niños. ¿Qué sería de ellos sin mi? El pequeño Jeongin me tiene a mi, estos tres no sirven para cuidar a un niño.
—Tal vez... —murmuro—, o tal vez Jimin se vaya con su novio, supe que está de viaje por aquí. Y Félix quizá salga con Jennie y se lleve a Hyunjin, tendría que acostar a Jeongin y ya —murmuro.
Sólo tiene tres años, es adorable.
Es el único niño al que no patearía. Es precioso.
—Te ves muy tierna como mamá, me dan ganas de tener un bebé contigo —murmura ella en un tono coqueto.
—Lástima que odio a los niños.
—Podrías hacer un esfuerzo —murmura nuevamente en aquel tono.
Antes los tonos sugerentes y el sexo me habrían convencido de cualquier cosa, sin embargo tener 24 años me ha hecho ser una anciana aburrida.
El sexo no es tan divertido como lo era...
Que sé yo...
A los 18, tal vez.
—No, niño que veo niño que pateo. Lo sabes —murmuro—. ¿No vas a quitarte eso?
Ella niega algo molesta. Joder, lo que me faltaba.
Todo el tiempo parece tener un palo en el culo, lo juro. Todo el tiempo está molesta y quiere que haga lo que ella dice. Y usualmente lo hago, lo admito, la amo muchísimo y nos entendemos bien, ella tiene su mal genio de mierda y yo el mío, está bien, sólo que, cuando se trata de hijos, casarnos pronto y vivir juntas... prefiero ir con calma.
Ya no soy tan impulsiva, comencé a decirle 'te amo' cuando llevábamos dos años juntas. Me tomó mi tiempo asumir que me había enamorado nuevamente.
Se dio de forma natural, simplemente lo sentí.
Sentí aquellas mariposas.
Las que sentí antes las ahogué en drogas y luego en antidepresivos... ¡Es broma! Sólo en drogas, no alcancé a tener depresión.
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