Kim | Chaesoo

12° [R - J]

[ROSÉ]

—Rosé. Debemos hablar —murmura Sohee algo extraña—. Mi padre... no saldrá, el testigo de hace unos meses, me falló y necesito decirte algo antes de que te enteres por alguien más.

—¿Qué pasa? —pregunto preocupada.

Desde que salimos a cenar ha estado actuando extraño, y hoy que cumplí dos meses trabajando en la escuela y la consulta está lista, hemos decidido salir a cenar para 'celebrar'.

—Junho era mi testigo.

Mi rostro cae notoriamente molesto.

¿Cómo dijo? ¡Le dije que no quería que se involucre con él o Klaus!

—Espero que sea broma —suspiro y mantengo mis manos sobre mi regazo sentada en el sofá. Dejo mi libro de lado y ella suspira.

—No, no es broma y-...

—¡¿Cómo que no es una puta broma?! —grito molesta. Me detengo y respiro—. Lo lamento, no quise gritar.

Me arrepiento rápidamente, odio ser aun impulsiva, odio que cada vez que tocan el tema de Junho no puedo controlar las ganas de pegarle una hostia a todos en la puta cara.

Joder, como odio ésto. Como odio a ese hijo de puta.

De pronto pienso. ¿Por qué Junho ayudaría a Sohee? ¿Qué le dio a cambio?

—¿Qué le diste a cambio de su ayuda? —enrojece completamente y evita mi mirada—. Jung Sohee.

—Pensé en ti en todo momento, lo juro.

Me cayó como un balde de agua fría, pero no se lo demostré.

—¿Por qué en mí? Quien te folló fue él —me burlo.

—No hables así, odio que-

—¿Odias qué? —finjo preocupación— ¿Qué odias? —pregunto rápidamente. Ella va a contestar y la interrumpo—. Adivina. Me importa una puta mierda lo que odies.

—Rosé no seas vulgar.

—No seas una zorra entonces —me burlo. Va a contestar e interrumpo nuevamente—. Error. Ya lo eres, no puedes hacer nada para evitarlo.

—¡Lo hice por mi padre! ¡Él me dijo que haga lo necesario! —gritó comenzando a llorar.

—Lo necesario era follarte a mi hermano —me burlo—. Claro, lo necesario. Lo jodidamente necesario.

Camino hasta el ventanal, corro la puerta del costado y enciendo un cigarro desde allí.

—No me gusta que fumes, Rosé.

—¿Sabes algo? —me observa y sonrío—, después de ésto... ya no tienes ningún puto control de mí, Sohee. Soy libre de hacer lo que quiera.

—Aún estamos comprometidas —menciona enseñándome su anillo y bebiendo del vaso de vodka que se ha servido.

Me acerco rápidamente y lanzo mi cigarrillo acompañado de mi anillo de compromiso dentro de su vaso.

—Ya no —sonrío. Busco el recibo en mi billetera de los Simpson y se lo doy—. Tal vez puedas devolverlos y te darán un poco de dinero, sin los sucios negocios de tu padre no sé como irás de efectivo.

Me giro y camino hasta la entrada.

—Rosé, si sales por ahí... —comienza ella entre lágrimas.

—Créeme que sé que pasará, es por eso que lo hago —suspiro y abro la puerta—. Yo también cometí errores y me estaba culpando por ello, pero yo defendí hasta el final que te amaba.