33° [Rosé]

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Jisoo está acariciando el cabello de Harry mientras esperamos noticias. Lo han revisado y aparentemente está bien, estará hoy en observaciones y no pretendo separarme de él en toda la noche, sin embargo supe que las heridas de Junho fueron graves.

No quiero aceptar que me preocupa, sin embargo, lo hablé con mi novia aprovechando que nuestro pequeño durmió y aprendí que restándole importancia su ausencia dejó de doler, pero hoy no puedo evitar volver a preocuparme por Junho como una idiota.

—Nunca me contaste dónde fue el quiebre de su relación —murmura Jisoo.

—Es complicado. No sé sí hubo uno definitivo, yo me quebré, lo ayudé una y otra vez... —susurro—. Es como lo de... Pedro y el lobo, me cansé de ser siempre quien salía lastimada por él y mi familia. Por mi madre y por todo —digo suavemente—. Y luego decidí alejarlo de mi vida, no me importaba nada sobre él, lo ignoraba, esos fueron los últimos años.

—Te dolía.

—Al inicio, y luego como te dije... aprendí que mientras menos importancia le das, menos duele —murmuro—. Lo amaba.

—¿Qué cambió?

—Mamá siempre hizo notar que él era... ya sabes, primer hijo. Siempre es perfecto ante los ojos de la madre, mucho más si es varón —suspiro y me acerco al balcón unos segundos para tomar aire.

No es fácil sacar todo ésto fuera y pretender que no duele nada, claro que aún duele un poco, pero mientras más lo hablo, menos duele, y Jisoo es mi lugar seguro, sé que puedo decir lo que sea y ella va a amarme, siempre.

—A tu tiempo, mi amor —comenta ella y sonrío.

—Estoy bien —suspiro—. Y aunque jamás hubo diferencia de trato entre Jimin y yo... notaba que para ella Junho siempre era uno en un millón.

—¿Por qué crees que era así?

—Varón y primer hijo —me encojo de hombros—. No hay más, no era especial, era malo en la escuela pero no porque no era inteligente, era porque sabía que mamá pagaba para que lo dejaran aprobar —murmuro—. Luego creció, salía a fiestas, hacía berrinches, pedía dinero, conoció a una chica que lo convenció de que éramos una mierda, peleó con todos...

—¿Una chica?

—Sí, ella le sacó dinero varias veces y él estaban perdidamente enamorado creyendo que era mutuo —sonrío—. Sí le decias la verdad de que ella sólo lo usaba y estaba con más chicos... él explotaba, golpeaba paredes y puertas discutiendo, una vez intentó golpear a mamá mientras discutían, lo detuve y me golpeó... sólo tenía dieciséis y él tenía veinticuatro —comento despacio—. La diferencia de tamaño era notoria, pero aún así lo retuve hasta que Jimin lo sacó de casa, adrenalina supongo.

—¿No hicieron nada? —pregunta mi chica espantada—. Te golpeó.

—Papá jamás supo hasta cuando arreglamos las cosas hace unos años, sin embargo no hizo nada —suspiro—. No les guardo rencor. Es su hijo, pero ante la ley también lo era yo y necesitaba contención, mi propio hermano con quien jugaba de pequeña, al que veía como un héroe, me había golpeado, acepto que se lo devolví, pero... sólo quería defender a mi madre.

—¿Nunca te agradeció eso? —pregunta Jisoo.

—Jamás, porque dice que... la familia no debe pelear de aquella manera y si Junho se comportó así era por estar molesto, porque le sacaron lo de la novia —murmuro y suelto una risita amarga—. Lo odié tanto, siempre le repetía a Jimin, "no quiero volver a verlo". Aún así él iba a cenar con la chica y un niño al que le dio su apellido. Luego descubrieron que no era su hijo, y reconoció a su verdadera hija que... tiene, ¿la edad de Harry, tal vez? —me encojo de hombros—. Sólo que no tienen contacto, la madre no necesita el dinero de Junho gracias a Dios y prefiere alejarla de él.

Kim | Chaesoo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora