[ROSÉ]
—Te amo —dejo caer mi cuerpo cansado a un lado de mi novia—. Estuvo bien... ¿No?
—Muy bien, como siempre —sonríe Sohee y se gira para besarme.
Estoy muy cansada. Sacarle cinco orgasmos a una mujer no es fácil. O yo perdí mis habilidades.
Joder.
—¿A dónde vas? —pregunta Sohee mientras me levanto.
—Darme una ducha para dormir relajada —tomo uno de mis boxers de hora de aventura.
—Rosé. Tienes veinticuatro —murmura—, podrías usar boxers negros.
—Me gustan éstos. Además son muy-...
—Al menos cuando estás conmigo —suspiro y tomo un boxer de color negro—. Esa es mi chica.
Sonríe y me lanza un beso, me voy al baño y dejo el agua de la ducha caer sobre mi cuerpo.
Al menos desearía que me duela un poco el cuerpo para no sé, ¿Recordarlo mañana? No estoy pidiendo que se me rompa una mano, estoy pidiendo que Sohee sea un poco más apasionada.
Probablemente es por eso que ya no acostumbro tener sexo. ¿Se lo he dicho? No, porque supongo que el sexo no lo es todo en una relación.
Me gusta que me de caricias en la espalda al dormir y que me cante canciones.
Yo escribí una canción a los dieciocho. Por razones obvias no diré en quién fue inspirada.
Al salir de la ducha Sohee está molesta porque Jeongin está de pie en la entrada de mi habitación llorando.
—¿Qué pasa? —pregunto y el pequeño rubio corre hasta mí.
—¡Dosi! —grita asustado y me abraza. Lo tomo entre mis brazos y se calma—. Miedo —susurra abrazando su osito de felpa.
—¿Quieres que duerma contigo? —pregunto rápidamente y él asiente.
—Shi. —solloza en mi cuello y se esconde.
—Buscaré una camiseta —murmuro y lo dejo en el suelo.
—Buja —gruñe mirando a Sohee.
—Llorón —se queja ella y Jeongin hace un pequeño puchero.
—Sohee. Basta, deja a Jeongin.
Me pongo una camiseta de metallica y salgo de la habitación con Jeongin caminando a mi lado.
Lleva un pijama de dinosaurios. Probablemente Sohee se vaya molesta, pero, ¡Es un niño! ¿Qué se suponía que haga? ¿Dejarlo llorar? No estoy demente. Odio a los niños, pero Jeongin es mi niño, es diferente y no permitiría que lo dañen.
—Buja fea, mala —va refunfuñando el pequeño a mi lado—. Tonta y sucia.
—¿Qué pasa, amiguito? —sonrío y él me enseña sus perfectos dientes.
—Soshee tonta —asiento lentamente y le hago una mueca para que guarde silencio.
—A veces, pero en el fondo es linda.
—No. Fea —gruñe apretando su pequeño puño.
Es realmente idéntico a Hyunjin.
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Kim | Chaesoo
أدب الهواة𝗖𝗦» Rosé ya no tiene 18, no ama los viernes, pero sí la pizza y los cómics. Algunas cosas no cambian. Jisoo por su parte... sigue siendo una destacada maestra, todo lo destacada que puedes ser trabajando en una escuela secundaria de Los Ángeles...