29° [R - J]

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[ROSÉ]

Al llegar al departamento Jennie me ayudó a recostar a Harry. Hoy no quiero dormir sola, por lo que le pedí a Jisoo que compartamos su habitación.

Me fui a acostar con los boxers que me regaló Jisoo, son de hora de aventura y un sujetador deportivo. Jisoo estaba con aquellos sexys y cortos pijamas de milf que solía usar.

Mis manos fueron directo a sus muslos y besé su cuello.

—Hola, preciosa. ¿Estás provocándome? —pregunté en su oído.

—Siempre estoy provocándote —murmura ella—. ¿No prefieres ver una película de terror? Así gritas un poco —sonríe burlona.

¡Sólo grité una vez y fue porque la puerta se azotó! No me asustan las películas de miedo.

—¿Por qué mejor no vienes y me haces gritar tú? Hasta que se me olvidé mi nombre y sólo me sepa el tuyo —susurré contra su cuello y ella se tensó— ¿Eso te gustó, Kim?

—Me gustas tú... —sonrió—. ¿Vas a follarme? —preguntó al girarse y permitir que me suba sobre su cuerpo.

—Te haré el amor. ¿Me extrañaste éstos seis años? ¿Suzy lo hizo mejor?

Ella niega.

—¿No me extrañaste?

—Sí lo hice —jadea el sentir como quito sus bragas rápidamente— ¿Y tú a mí?

—No quiero aceptar que... a veces sí —gruño contra sus pechos—. Quítate el pijama, anda.

Me siento sobre la cama y ella se sube a horcajadas sobre mi cuerpo, al quitarse el pijama se mantuvo desnuda sobre mi regazo y yo la observé fijamente. Cada detalle de su cuerpo era precioso.

—¿Te gusta lo que ves? —pregunta sonriente y toma mis manos para llevarlas a sus pechos.

—Eres como el vino, Kim —murmuro antes de llevar mi boca a su pecho derecho y comenzar a masajearlo con la lengua.

Ella soltó un gemido y se alejó rápidamente.

—Quítate la ropa —se quejó. No es justo que yo esté desnuda y tú no.

—Chica astuta —murmuré y comencé a desvestirme.

Al estar ambas desnudas las caricias y gemidos era todo lo que había en la habitación.

Sus manos acariciaban mi cuerpo con delicadeza mientras que yo lamia dos de mis dedos para llevarlos a su interior.

Jisoo soltó un gemido agudo al sentir mis dedos en su interior, se aferró a mi cuerpo y comenzamos a compartir besos apasionados, mientras la embestia con suavidad.

—Te amo —susurró en mi oído mientras su cuerpo ardía en calor debido a la situación.

—¿Ah si? ¿Cuánto? —pregunté continuando con mi labor.

Ella soltó otro gemido y se mantuvo en silencio luego de eso.

—Mucho —susurró al pasar los minutos.

Continuamos así hasta que sentí su orgasmo llegar. Luego de eso ella decidió que quería probarme.

Bajó dejando besos por mi abdomen y dando pequeñas mordidas a mi abdomen marcado.

—¿Qué sucede? —sonreí al ver como se quedaba quieta.

—Estoy nerviosa —murmuró y comencé a reír—. No te rías.

—Jisoo, eres la más grande.

—Pero no quiero hacerlo mal —gruñe.

Luego de eso puedo decir que me ha dado de los mejores orales. Sentía su boca casi pertenecerme de alguna manera.

Kim | Chaesoo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora