Kim | Chaesoo

8° [J - R]

[JISOO]

Rosé con Harry están mirando la zona de los pingüinos. Es increíble... ¿No? Es decir, se llevan bien, aunque Rosé no deja de decirle Henry y el pequeño ya se rindió en aclararle su nombre.

Probablemente será buena madre, aunque dudo que la maternidad esté en sus planes. Conociéndola probablemente tiene mucho miedo de cometer los mismos errores que sus padres, y es completamente entendible.

El sábado de la próxima semana Suzy y yo tenemos cita con la doctora que se encargará de hacernos los análisis para ver lo de la fecundación.

—¿Kim? —Rosé me llama y me acerco a ellos. Irene camina junto Sana y los demás— A Henry...

—Harry —la corrijo y ella gira sus ojos. Harry nos observa y suspiro.

—Prosigo. A Harriet se le perdió un juguete hace unos minutos, y dice que ha quedado dentro de la cueva, pero la da miedo ir solo, y a mi también, por lo que llegamos al acuerdo de que podrías ir tú.

—Okay, vamos a la cueva y lo buscamos. Harry quédate con el grupo —Harry obedece y rápidamente va a tomarle la mano a Sana—. Iremos a buscar algo que se le ha quedado a Harry.

Sana asiente y Rosé camina a mi lado con las manos en sus jeans negros.

—Linda camisa de pandas —murmuro. Ella sonríe.

—¡Está cool! ¿Verdad? Me la dio Félix, era suya pero no le quedaba.

—Me gusta, te luce la ropa con animales o dibujitos.

Sonríe y se queda en silencio unos segundos.

—Últimamente no lo uso mucho, mi señora dice que no es muy maduro de mi parte —murmura.

¿Señora? Ella no es su señora.

—Pues no debería importarte realmente, sí te gusta a ti, es todo lo que importa —murmuro—. Y realmente tus boxers de animalitos son increíbles —sonrío y ella también—, dejaste varios en mi departamento hace años.

—Joder. ¡Lo sabía! —aprieta su puño—. Es que ya no encontraba los de Jorge el curioso.

—Entenderás que no pude guardarlos, aunque tengo un paquete sellado que nunca pude regalarte... —murmuro—. Te los puedo traer, para compensarte el haber botado tus valiosos boxers de Jorge.

—¿De verdad? —pregunta con ilusión y asiento— ¡Gracias, Kim! —me abraza y besa mi mejilla—. A veces me caes bien.

Me sonrojo y sonrío nerviosa mientras observo mis manos.

Taehyung tiene razón, tengo derecho a divertirme, ¿no? Es decir, Suzy no merece... ésto, nadie merece ésto y claramente no debería hacerle lo mismo que me hicieron pasar a mi hace seis años, pero, no puedo evitar querer probar suerte con Rosé.

Debo hablar con Suzy. Tomo mi teléfono rápidamente y le envío un 'Tenemos que hablar cuando llegue', hecho ésto, ya me siento en libertad de hacer lo que sea, voy a... jugar.

—Joder. La puta cueva está cerrada —Rosé mueve la manija de la puerta y no funciona. Quita un broche de mi cabello e intenta forzar la cerradura.

—¡Rosé! —la regaño en susurro—. Rosé, mierda. ¿Sabes cuantas cosas ilegales haz hecho hoy? ¡Me hiciste cómplice otra vez!

Se levanta y queda cerca de mi rostro.

—Tú siempre eres la cómplice de todos mis mejores crímenes, Kim.

Siento su aliento a café con menta chocando contra mi cara.

—¿Ah sí?

—Sí, mi crimen favorito fue el que cometiste cuando me enamoraste hace seis años —bromea.