𝗖𝗦» Rosé ya no tiene 18, no ama los viernes, pero sí la pizza y los cómics. Algunas cosas no cambian.
Jisoo por su parte... sigue siendo una destacada maestra, todo lo destacada que puedes ser trabajando en una escuela secundaria de Los Ángeles...
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—Comienzo a creer que me gustan todas las Kim —murmuro mientras veo a Jennie abrazarme.
—Ya lo creo, sólo falta que te lies con mi madre.
—Ganas tengo —bromeo y mi cuñada comienza a reír—. ¿Viste a Jis?
—Está preciosa, te vas a morir en cuanto la veas —sonríe—. Y probablemente la dejarás sin aliento, te ves... asombrosa.
—Gracias. Félix me ayudó a elegir una camisa y unos jeans lindos. Tiene buen gusto. ¿No? —comenté sonriente.
—¿No sigue molesto por no ser el padrino?
Niego.
—Él y Hyunjin serán padrinos de Harry, algo así decidimos —murmuro—. Es decir, no vamos a bautizarlo o algo, pero... ya sabes.
—Entiendo. ¿Y Jimin? —preguntó.
—Jimin y Taehyung serán padrinos del primer bebé que tengamos con Jisoo —sonrío nerviosa—. Gracias por preguntarme cosas, me distrae.
—Lo sé, Jisoo me dijo que lo haga —Jennie sonríe y acomoda mi corbata un par de veces—. Realmente estás radiante.
—¿Taepyung está listo? —pregunto rápidamente desviando la tensión que me provoca ésto.
—Muy listo, y mamá quiere fotografías de ti en traje, así que por favor, parate frente a la ventana y sonríe.
—Y yo quiero fotos de tu madre, pero no me las estás enseñando —bromeo.
—Luego te envío una de ellas en bikini, anda. Papá ha dicho que eres la única persona a la que le permitirá hablar sobre su esposa —se ríe—. Me advirtió que mi pareja no tendrá ese derecho, incluso mamá ha dicho que ama tus comentarios sobre ella.
—Tiene buen gusto tu madre, podrías ser mi hija.
—Pero estás loca por mi hermana —sonríe y asiento—. Ya sé, lo asumí cuando supe que tenía que dejarte ir —Jennie finge dolor.
Escuchamos como alguien tocó la puerta y la castaña la abre.
Tras ella, Jimin entra con su cabello engominado y vestido como yo.
—¡Ya somos gemelos! —grita emocionado.
Marica.
—Ya veo, que asco —digo rápidamente y él me observa molesto.
—Hermanita —Junho aparece y me habla con la voz ronca y su rostro bastante pálido.
Está cansado. Le acerqué rápidamente una silla y él se sentó lentamente mientras me agradecía. Dejó su bastón apoyado en el marfil de la pared blanca.
—Felicitaciones, hoy ya serás una señora —sonríe—. Señora Park-Kim.
—Sólo falta Jimin —me burlo sabiendo lo que se viene.
