𝗖𝗦» Rosé ya no tiene 18, no ama los viernes, pero sí la pizza y los cómics. Algunas cosas no cambian.
Jisoo por su parte... sigue siendo una destacada maestra, todo lo destacada que puedes ser trabajando en una escuela secundaria de Los Ángeles...
AC/DC inundaba los altavoces de mi auto. Hyunjin estaba donde sus padres esta semana, se había llevado a Jeongin y a Félix.
Esos dos van en serio.
Mientras tanto anoche compré cerveza y he bebido desde que llegué al estacionamiento de nuestro departamento hasta ahora. Mi móvil se ha apagado, ni siquiera sé que hora es.
El auto tiene la hora mal puesta.
He visto a gente irse a trabajar, por lo que probablemente es temprano o muy tarde para que yo vaya a trabajar.
No recordaba lo buenas que estaban las cervezas. No había bebido hace mucho, bueno, no había bebido tanto, usualmente sólo me dejaban beber una copa en navidades y así. Todos temían que recaiga.
Pero yo repetía siempre como una estúpida que 'mientras tenga a mi novia, y mis amigos, no deberán preocuparse', aún tengo a mis amigos... y aquí estoy, bebiendo como sí mi vida dependiera de ello.
Jung Sohee era la mujer perfecta para mí...
—Rosé. Abre la puerta —miré por la ventana y vi a Jimin—. Abre la jodida puerta.
Abrí la puerta y él me sacó rápidamente del auto.
—Eh, hijo de puta. ¿Qué coño haces? —me quejo.
—Estabas bebiendo.
—Estoy —le enseño una cerveza en mi mano y él me la arrebata—. Aburrido, teñido y aburrido.
—Anda, a casa. Vas a ducharte e irás a-...
—A ningún lado, me tomaré una licencia por salud mental, soy psicóloga —sonreí e intenté mantenerme de pie sin éxito.
—¿Qué cojones pasó?
—Sohee me engañó —solté sin mayor aviso—, con tu hermanito —me reí—. Imagínate, mis dos hermanos se comieron mi torta alguna vez —me burlé—. Literalmente.
—Rosé —gruñe—. Basta. Yo no soy como Junho.
—Claro —avanzo hasta el ascensor—. Dile a Seokjin que-
—Date una ducha y nos vamos.
—Que te den, Jimin. Quiero dormir toda la tarde, mi prometida me puso los cuernos, no quiero ver a nadie. Déjame en paz.
Subí hasta nuestro piso y llegué a lanzarme en la cama. El sentimiento amargo parecía no querer abandonarme y realmente necesitaba estar sola pero sin pensamientos. Absolutamente sola.
Sola con... mis mierdas.
Tomé rápidamente la libreta de Félix y su timbrador, escribí una licencia de descanso, falsifiqué su firma y luego lo timbré.
Le mandé un correo a Seokjin con mi licencia de dos meses. Que le den a todo ésto, estoy harta.
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