𝗖𝗦» Rosé ya no tiene 18, no ama los viernes, pero sí la pizza y los cómics. Algunas cosas no cambian.
Jisoo por su parte... sigue siendo una destacada maestra, todo lo destacada que puedes ser trabajando en una escuela secundaria de Los Ángeles...
—No, Scott. Haz reprobado por tercera vez el examen...
—Maestra, no me interesa. Trabajaré en el taller de mi padre, no se esfuerce —se burla— ¿Puedo irme?
—Sí —contesto rendida.
De los peores estudiantes que he tenido, engreído, soberbio, estúpido y... desagradable.
—No, tú no te vas —Rosé lo toma de la chamarra y lo obliga a entrar al salón— ¿Por qué molestas a Harry? —gruñe y él la observa.
—¿Quién eres tú? —se burla. Es unos centrimetros más alto que Rosé pero no veo que ella se deje intimidar. Sigue siendo muy buena para pelear.
—Soy alguien que va a patear tu estúpido y puberto trasero si molestas a Harry o Louis otra vez. No tengo licencia de maestra que perder —lo escupe y me acerco para alejarla.
—Basta, Rosé.
—Esos mocosos están enfermos, alguien debe corregirlos para que piensen con normalidad —espeta limpiandose la saliva de Rosé. Noto como el cuerpo de la rubia se tensa contra mis manos luego de oírlo.
—¿Y si cierras la puta boca dos segundos y dejas que tu cerebro piense? Probablemente la vida te vaya mejor, hijo —se acerca amenazante hasta él—. Te voy a meter un palo por el-
—¡Rosé! —grito y la alejo nuevamente.
Ella me deja tras su cuerpo y Scott la golpea. Rosé sonríe luego del puñetazo que le han dado, escupe el suelo y suelta algo de sangre. Toma la chamarra de Scott y lo lanza contra la puerta.
—Hazlo de nuevo —sonríe como una loca y el chico parece aterrado— ¿Crees que no leí tu expediente? Una agresión física más y te enviarían a una correccional. Y adivina qué... tú padre no estará muy contento con el vídeo, y cariño, las cámaras no graban audio —apunta la cámara de la esquina.
—Me escupió —gruñe él— ¡Usted me provocó!
—La cámara en blanco y negro no capta sí te llega saliva o no. Lo medité, niño —sonríe burlona—. Anda, pégame otra vez. Ahora parece que intento controlarte mientras la maestra Kim llama a Seokjin —me observa y tomo mi teléfono rápidamente.
¿Cuál es la manía que tiene con meterme en medio de todos sus delitos?
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—Lo lamento tanto, maestra — se disculpa el padre de Scott—. He intentado que mejore, se irá directo a la correccional... —suspira y Rosé asiente.
—Intenté charlar con él, soy la nueva psicóloga y claramente me preocupa que moleste a niños tan pequeños, me asustaba que... dios no quisiera que ésto suceda, pero temía por la integridad del cuerpo de los niños. Usted entiende —finge que su voz se corta—. Hablé con él y me atacó...
