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—Hoy, nos encontramos aquí reunidos para ser testigos de la unión de estas dos almas, que al pasar del tiempo han decidido unirse en sagrado matrimonio con la esperanza de que su amor perdure, y que al llegar a la vida eterna, puedan encontrarse de nuevo —la ceremonia había comenzado, pero Minho no prestaba mucha atención, sólo esperaba una frase para llamar la atención de todos, así que espero por largo rato —Lee Hyunjin, ¿Acepta usted como su esposo a Seo Changbin, estar con él en la salud y en la enfermedad, en lo próspero y lo adverso, para amarlo y respetarlo por el resto de su vida?

El pelirosa sonrió, se notaba enamorado y eso lo asqueaba.

El pelinegro estaba igual.

—Acepto.

—Y usted, Seo Changbin ¿Acepta como
esposo a Lee Hyunjin, estar con él en
la salud y en la enfermedad, en lo
próspero y lo adverso, para amarlo y
respetarlo por el resto de su vida?

Aún estaban tomados de las manos, y
con la mirada más brillante que tenía,
Changbin cruzó sus ojos con los de
Hyunjin, logrando de alguna forma
el sonrojo. 

—Si, acepto.

—Bien —sonrió leve —. Pasemos por
favor a colocar los anillos.

Invitó.

Llegó el único que no había rechazado
a Hyunjin, para ser el padrino.

Han Jisung.

Les dió los anillos y esperó a que se los
colocaran, luego, se retiró con una gran
sonrisa.

El reverendo volvió a hablar.

—Ahora, por el poder que Dios me
ha concedido, yo los declaro esposos...
—ahí iba la frase que tanto estaba
esperando —. Si hay alguien en este
lugar, que tenga una razón para
impedir este matrimonio....

Pero se lo pensó más.

Estaba mal.

Él siempre había sido maduro, lo
había demostrado con muchas cosas,
y ese día no sería la excepción.

No arruinaría una boda.

No la de su sobrino y el novio de este,
por un simple y estúpido sentimiento.

Aunque le daba asco pensar en
aquel matrimonio, ya que el pelinegro
le llevaba muchos años a Hyunjin.

Sintió como el asiento del lado se
hundía y de reojo pudo notar que un
ojigris le sonreía mirándolo.

Lo odiaba.

Era Felix, el mejor amigo de su sobrino.

—Es hora de hablar.

Concluyó el reverendo.

Total silencio fue lo que hubo.

Sonrió.

—Que sean felices juntos.

Con aquello, la ceremonia terminó
y giró para mirar al chico a su lado,
quién aún le sonreía.

—Hola —habló el ojigris poniendo la
cara en su mano, apoyada con el codo
en el asiento —, ¿Aburrido?

El Castaño lo miró confundido.

Jamás hablaban.

No, para hablar sin pelear.

—No, por supuesto que no —mintió —,
me gustó. Su felicidad me hace feliz a mí también.

Habló refiriéndose a Hyunjin.

Felix resopló.

—Dios, que cursi eres —soltó una risita
—. Y además, mentiroso.....

—No soy mentiroso

—¿Sabes? Ya no importa —acarició el
brazo de Minho y éste frunció el ceño
—. A mí también me hubiese dolido
en tu lugar, pero por suerte no es así.

Sonrió al ver que el castaño estaba
más confundido.

—Con esa mirada que le hechas a
Changbin, es obvio lo que piensas.

—¿De qué hablas?

Murmuró empujando su mano, ya
que sus caricias comenzaban a
incomodarlo.

—Yo sabía que me iba a aburrir, pero
me puse a pensar y recordé que podía haber algo interesante para ver —su
voz había cambiado de forma leve, y
no entendía por qué —Solo vine por ti, Minho.

—¿Por mí?

—Por supuesto.

Estaba coqueteando, ya lo entendía.

—Felix —se escuchó la voz de Hyunjin y
ambos giraron, encontrándose con los
recién casados —, creí que no vendrías.

Felix sonrío.

A Minho le estaba sorprendiendo, el
talento que Felix tenía para sonreír de
tal forma que aunque parecía ser la
misma sonrisa, te transmitía lo que
sentía.

El cambiar sus tonos de voz, también
era sorprendente.

—Eres mi mejor amigo —mencionó con
un tono raro, ¿mentía o era una burla?
—¿Por qué no estaría aquí en el día
más importante de tu vida?

Sólo estaba siendo lo más amable
posible, mientras se burlaba de la
situación.

—Me dijiste que no querías.

—Te dije que no sería tu padrino,
porque tendría que poner atención
—se levantó y acarició con una mano
su cabello rosa tan peinados del chico
—. No dije nunca, que no vendría a
criticar la ceremonia.

Hyunjin río.

—No cambias ーFelix negó —. Oye,
¿Vendrás a la fiesta?

—Si, claro... — sin más, se giró
para comenzar a caminar y miró
rápidamente a Minho —.¿Vienes
conmigo?

El castaño le dio una mirada a
Changbin, que estaba serio y asintió.

No sabía la razón de haber aceptado, y
tampoco le interesaba.

Sólo quería salir de ahí, y alejarse un
poco de aquellos dos.

Caminó hasta Felix, sorprendiéndose
al sentir como su mano era tomada por
el chico.

Cruzaron miradas, y su corazón latió
rápidamente, como si hubiese recibido
una descarga eléctrica al ver que el
ojigris sonreía.

Y a lo lejos, Changbin los miraba molesto.






●•◦★𝐄𝐧𝐬éñ𝐚𝐦𝐞 𝐚 𝐀𝐦𝐚𝐫𝐭𝐞 // 𝐌𝐢𝐧𝐛𝐢n, 𝐌𝐢𝐧𝐥𝐢𝐱 ★●•◦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora