2

265 34 12
                                    


Changbin moría del coraje, mirando
desde su mesa como los dos eran tan
cínicos, para estar tomados de las
manos aún cuando hyunjin hablaba
con ellos.

Los vió correr dejando a su esposo
con la palabra en la boca y se levantó, acercándose a él, encontrándolo hecho
furia.

Tomó por detrás su cintura y dejó un
beso en su mejilla.

—¿Estás bien, amor?

El pelirosa se giró, negando con la
cabeza.

Se abrazó al pelinegro y escondió el
rostro en su pecho.

Lo abrazó también y acarició su cabello
rosa, dándole un suave beso a su frente.

—Tranquilo mi amor, hoy es nuestro
día, hay que estar felices.

—¿Los viste? —preguntó con la voz
quebrada y los ojos del pelinegro se
llenaron de lágrimas.

Carraspeó para quitar el nudo que
comenzaba a crearse en su garganta.

—Los vi —afirmó—. Debes entender
que todos, necesitan ser felices, tanto
como nosotros.

—¡Pero pueden serlo con otras personas! — exclamó levantando el rostro con miles de lágrimas corriendo por sus mejillas — Yo le dije a Felix y Christopher, desde que éramos niños, que jamás debían meterse con él, porque de esa forma están traicionándome...

No podía negarlo, él también se sentía traicionado

Amaba mucho a Hyunjin, pero no podía
aún, olvidar todo lo que había vivido con Minho.

Ellos eran inexpertos en muchos
sentidos cuando se conocieron, y
ahora, eran todo lo contrario.

Pero cada cosa que aprendieron, lo hicieron juntos.

Aún así, por más celos y malos sentimientos que tuviera, no podía reclamar nada, si él mismo había sido el culpable de perderlo.

El castaño siempre estuvo para él,
pero no lo valoró, y abandonó todo
por un niño, que aunque era muy
hermoso y lo adoraba, no quitaba el
hecho de que era sobrino de su —en
aquel tiempo— novio, y que eran ellos quienes habían traicionado a Minho.

—No lo veas de esa forma, sólo
piensa que no han encontrado a la
persona con la que realmente quieren estar —sonrió lo mejor que pudo—, y
el estar solos los hace verse el uno al
otro como un buen partido.

Claro, porque cuando ya habían
encontrado a alguien, ellos se habían encargado de arrebatárselos.

—Bini, es que ahora no sé quién va a
darme consejos y a cuidarme —se quejó
triste—. Si Felix me lo quita no tendré a nadie, porque él siempre ha estado
conmigo.

Literalmente lo cuidaba.

De la forma en la que intentó tratar al
ojigris, así trataba a Hyunjin aunque de forma más "cercana y familiar".

Tenía apenas diecinueve y Felix
dieciocho, y siempre que estaba
cerca lo cuidaba y mimaba, para
hacerlo más feliz de lo que normalmente era. Porque sí, tenía una vida perfecta, todo lo que quería lo conseguía.

Pero esta era la excepción y por eso lloraba como Magdalena.

—Mi amor —habló Changbin—, yo soy esa persona. Ahora que estamos casados, ese es mi deber. Cuidarte, consentirte, darte consejos y hacerte mucho, muy feliz. Ya no necesitas de nadie más ahora que estoy yo.

El pelirosa levantó la mirada, analizando si aquello que acababa de escuchar era verdad o no.

Luego de algunos minutos así, vió como lentamente se formaba una pequeña sonrisa en el rostro del rubio y por inercia, imitó aquel gesto.

●•◦★𝐄𝐧𝐬éñ𝐚𝐦𝐞 𝐚 𝐀𝐦𝐚𝐫𝐭𝐞 // 𝐌𝐢𝐧𝐛𝐢n, 𝐌𝐢𝐧𝐥𝐢𝐱 ★●•◦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora