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-Chris... -corrió detrás de él, pero el chico se apresuró a salir y se fue, entonces no le quedó más que pasarse las manos por el rostro, frustrado, y regresar al centro de los tres chicos-. ¿Qué pasó con lo del divorcio, amor? ¿Por qué me dejas?

El pelinegro suspiró y se acercó a tomar sus manos.

-Hyunjin, no porque me llames amor me voy a quedar -advirtió mirándole a los ojos-. Esto no es por mí, sino por tí. Estabas ilusionado con tener hijos y conmigo jamás podrás tener uno. Lo siento -giró a mirar al castaño, y sonrió, bajando la cabeza para luego mirar a Hyunjin de nuevo-. También siento tanto haberte seguido el juego desde el principio, porque aunque llegué a amarte, jamás sentí comparación al amor que aún tengo por Minho. Lo digo aquí, frente a los tres, para que sepan que es verdad, pero que ya no me voy a meter más en la relación de ustedes -señaló al castaño y a Felix-. Tú tampoco me amas Hyunjin, la última vez que llamaste a Chris me lo dejó muy en claro. Quise sentir mucho más por tí, cuidarte, y darte lo mejor de mí, pero tus ojos no me miraban como a él, y me cansé... -suspiró-. Es lo mejor para los dos.
Mañana vendrá mi abogado a darte los papeles para que firmes, no será necesario ir a un tribunal.

Con lágrimas en los ojos, el pelirosa miró lo que arrastraba Changbin y lo señaló.

-¿Qué harás con eso?

-Voy a deshacerme de todo, yo no lo voy a necesitar y tú tampoco -sonrió-. Voy a desaparecer de sus vidas, ya lo verás. Quizá si hubieses esperado a escuchar esto, ahora Christopher estaría feliz, sabiendo que ibas a estar completo para él.

Claramente, los otros dos chicos estaban sorprendidos también con aquella información.

No estaban ni un poco enterados de lo que sucedía con Chris.

-¿A dónde vas a ir? -preguntó con la voz temblorosa, el llanto ya estaba ahí de planta, y no entendia si era por Changbin, por Chris, o por lo que acababa de suceder con su tío y Felix.

-Debo arreglar unos asuntos en Los Ángeles, luego no sé... -se acercó a los otros dos y abrazó a Minho con fuerza-. Lo siento Minho, prometí no hacerte daño y te destrocé de la manera más cruel e imperdonable, pero verás que comenzaré a cambiar, cumpliré lo que prometí hoy.

-Y yo te perdonaré, entonces.

El rubio sólo podía mirarlos abrazados, con una mueca de molestia en el rostro, y para no enojarse, simplemente desvío la mirada.

Se sentía resignado a algo

Y no entendía a qué era.

El pelinegro asintió ante las palabras de Minho y le soltó, para mirar al rubio con una pequeña sonrisa.

-Ey, niño, suerte con tus antojos -el chico le miró confundido, ¿Acaso le estaba haciendo una broma?, bah, ¿Qué más daba?, parecía querer terminar bien, así que asintió-. Espero que algún día me perdones por cada cosa que te he hecho, lo sepas o no. Yo sé que fui muy mierda contigo, y realmente estoy arrepentido. Sólo te pido que le devuelvas a Minho el amor que te de, y no seas tonto como yo, aunque estoy seguro que es imposible.

-Bien.

Y apenas le sonrío un poco, Changbin llamó a su chófer, para que llevase la gran carga que había arrastrado hacia el auto.

Por última vez, cuando estaba en la puerta miró al castaño y sonrió ampliamente, aunque en sus ojos se habían acumulado un montón de lágrimas, que estaban a punto de caer.

-Cuídate cariño, y lo que te dije.

Señaló a Felix y el castaño asintió, mordiéndose los labios con tristeza.

●•◦★𝐄𝐧𝐬éñ𝐚𝐦𝐞 𝐚 𝐀𝐦𝐚𝐫𝐭𝐞 // 𝐌𝐢𝐧𝐛𝐢n, 𝐌𝐢𝐧𝐥𝐢𝐱 ★●•◦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora