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Era tan relajante, por primera vez se le había ocurrido que, ya que estaba solo, podía salir a caminar por la ciudad un poco.

Sonreía mirando todo, era tan lindo observar cada cosa. El ambiente era fresco, el trinar de las aves muy relajantes y el andar de la gente y los animales muy cálido.

Sentía la vida en el pulso.

Hacía tanto que no se sentía así de libre. A decir verdad, desde que Hyunjin le habló del plan de casarse con alguien que no era él, su cuerpo y su alma se apagaron. Por más fuerte que intentaba parecer, por dentro estaba roto y no sentía ni ganas de hacer algún gesto o decir algo.

Suerte que Minho había estado ahí justo cuando pensó que todo se acabaría, no quería saber más nada de la vida, pero entonces se acercó a él y ya estaba. Con algunos cuantos de sus besos no le fue difícil recuperarse del todo.

Por eso lo amaba tanto. 

Su estómago gruño con fuerza por hambre y, un poco avergonzado, bajó la mirada hasta allí algo confundido.

Comió antes de salir de casa y, ¿de nuevo tenía hambre? Eso no podía ser cie... Bueno, sí podía.

Siguió sonando, comenzando a dolerle así que se apresuro a comprar alguna torta para comer ahí mismo.

—¿Feliz? —le preguntó a su estómago cuando estaba por terminar y volvió a sonar, haciéndolo reír— Entonces es un casi, iremos por churros.

Aquella información y las suaves palmaditas, parecieron ser muy agradables para su estómago, porque no volvió a sonar.

Anduvo de aquí para allá, soñando con cosas extrañas y románticas, metiéndose entre algún show de calle. Alguno que otro museo de arte y, finalmente, al lugar que hacía un par de meses no había visitado.

Su taller de diseño electrónico y robótica.

Sí, con su beca había logrado hacer su propio taller y de ahí mismo, fue donde sacó el prototipo con el que pudo comprar su departamento y otras cosas para su madre, cuando aún vivía.

Sentarse a tocar cables y piezas de metal o tornillos le ponía feliz, era lo que amaba, lo que siempre había soñado.

Lo que él hacía no era cualquier cosa y, a pesar de la dificultad de aquel trabajo se sentía relajado.

Estaba tocando cualquier cosa, cuando de pronto tuvo que correr al baño por las arcadas que tenía. Se sentía mal y no entendía por qué, pero ya iban dos veces en sólo dos días.

Estaba molesto y, a decir verdad también asustado.

Jamás le había gustado que le pasara eso. Es decir, ¿a quién le gustaba deshacerse de todo lo que había consumido de aquella forma?

Absolutamente a nadie.

Quizá aquel día ya no podría hacer nada, así que mejor planearía algo y con algún registro de ello sería más fácil crearlo.

Volvió a casa en taxi, agradeciendo que no volvió a sentir esas horribles arcadas y, entre pequeños jugueteos y alguno que otro estúpido mareo decidió mandar un mensajito a Minho, para ver si podían hablar o no aquella noche. 

                                                               Amorcito♥◡♥

           Hola mi amor, ¿Hablamos hoy o estás muy ocupado? :3

 Por suerte, obtuvo su respuesta inmediatamente.

          Ya, sólo espera un momento que faltan como cinco minutos para                         terminar.

●•◦★𝐄𝐧𝐬éñ𝐚𝐦𝐞 𝐚 𝐀𝐦𝐚𝐫𝐭𝐞 // 𝐌𝐢𝐧𝐛𝐢n, 𝐌𝐢𝐧𝐥𝐢𝐱 ★●•◦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora