●•◦★𝐄𝐧𝐬éñ𝐚𝐦𝐞 𝐚 𝐀𝐦𝐚𝐫𝐭𝐞 // 𝐌𝐢𝐧𝐛𝐢n, 𝐌𝐢𝐧𝐥𝐢𝐱 ★●•◦

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El televisor ya era un asco.

O al menos, todos sus programas.

No paraban con el tema de la reconocida familia de empresarios. Los Lee.

Y realmente ya estaba cansado de escucharlos a todos, pero ahora mismo no se iba a mover de ahí, porque había estado cambiando los canales y no había escuchado completa la noticia.

Ahora sí, no sólo eran chismes.

-...Pero ni el hijo menor, ni el nieto se han presentado al funeral del señor Lee -escuchó que decía con espanto una de las conductoras del programa.

Vio a la otra negar con tristeza fingida.

-Bueno, están pasando por tantas cosas ahora que no me sorprende -admitió-. Hyunjin debe estar sufriendo por lo de su divorcio, y Minho jamás ha sido apegado a su padre. Nunca los hemos visto en una misma mesa, hablando como familia.

-Eso es terrible -volvió a hablar la primera-. El señor Lee pidió por ambos en el hospital para hablar y ninguno fue para acercarse a saber lo que quería.

-Pedir perdón, quizá...

El pelirosa bufó al escucharla, ¿su abuelo, pedir perdón?, ja, eso que se lo creyeran en otro lugar, él no, y si así fuera, de cualquier forma no lo perdonaría.

-Perdón deberían pedir ellos -Hyunjin frunció el ceño, ¿ellos por qué?-. Algo debieron hacer mal, seguro el señor Lee estaba decepcionado de que todos sus descendientes tuviesen una esposa o una novia, y sólo ellos dos hayan decidido formar familias con un hombre.

-¿Qué dices? -se sorprendió la otra, con las mejillas sonrojadas por la vergüenza que su compañera le estaba causando- es normal. Si quieres un esposo o una esposa, y planeas hijos con él o ella, da igual, lo importante es el amor.

-Claro que es normal, pero esta familia en específico, por generaciones se había basado en hombre y mujer para tener descendencia, y a mí nadie me quita de la cabeza eso -sonrío con falsedad-. Minho desde siempre ha tenido novio, y claro que, desde siempre lo hemos visto alejado de su padre. En cambio Hyunjin era muy apegado al señor, pero apenas comenzó también con los novios, dejaron de frecuentarse...

Apagó el televisor.

Entonces sí ya no quería ver nada. ¿Ellas qué iban a saber de sus problemas?

El anciano había sido asesinado y, realmente, no le dolía en lo más mínimo.

En aquel momento lo único que lo tenía mal era que había pasado ya una semana, y estaba completamente solo. Se lo había buscado, pero tenía miedo. Miedo de vivir lo que le restaba y morir de la misma manera, odiado, así como su abuelo. Pero sin un alma cerca.

Era demasiado peso para él.

Y no era como que necesitara tanto a su familia.

Es decir, lo hacía, pero de cualquier manera todos debían tomar su propio camino, y seguro que no lo llevarían con él. Pero lo que necesitaba era a Chris.

Y es que de verdad.

Lo último que le había dicho era sólo por el enojo de ser rechazado, pero no porque de verdad hubiese sido un juguete para él.

El que simplemente no sabía como vivir sanamente.

Era tóxico, más que cualquiera en el mundo y lo entendía muy bien, pero sólo necesitaba que le tuviesen un poco de paciencia y le enseñasen lo que era bueno en la vida.

Él necesitaba más que amor.

Necesitaba un buen golpe de la vida, que le derrumbase todas sus barreras y le bajara de su nube de Rey.