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Levantarse y verlo dormido lo hacía sentir emocionado, saber que un chico así había estado con él le parecía algo maravilloso.

Simplemente es increíble.

Su ternura es demaciada siempre, a pesar de lo pervertido que es, pero eso lo divierte mucho.

Al ver que se removía en la cama sólo se acercó a cubrirlo bien, estaban ambos muy cansados pero él tenía que irse.

Eran apenas las cuatro con treinta de la madrugada, pero a pesar de saber que se iría no quería despertarlo, porque le parecía injusto interrumpir su sueño.

Dejó un beso en su frente y, aprovechando su desnudez se metió a la ducha.

Necesitaba apurarse, lo del trabajo no había sido del todo mentira. Debía visitar algunos de sus hoteles para ver que todo estuviera bien, porque las últimas veces sólo Woojin se había encargado de eso y ya era tiempo que él siguiera trabajando.

Al salir del baño y secarse, se colocó la ropa y, volvió a mirar un poco al rubio, sonriendo por lo hermoso que parecía aún dormido.

—Nos veremos después, pequeño.

Se acercó a dejar un corto beso en sus labios y luego salió, tratando de hacer el menor ruido posible, sólo llevando consigo la maleta que dejaría en la mansión, una mochila con sus cosas personales y una chaqueta.

Salió de la casa para tomar un taxi e indicó el lugar a donde lo llevarían.

Su casa.

En el camino, pensó que lo mejor sería avisar que iría, para no despertarlos de pronto.

                           Changbin🖤

Hola, perdón por interrumpir tus horas de sueño. Iré a dejarte algunas cosas y no quiero despertar a todos, así que sólo te aviso por si escuchan algo, no se asusten.

Apagó el celular y, un par de minutos después lo sintió vibrar, con la pantalla iluminándose.

Había ya recibido una respuesta.

¿Dejarme algo a mí? Que suerte.
Te esperaré despierto, gracias por
avisar 🖤 .

Sonrió guardando el aparato de nuevo.

Recibir corazones de él aún le aceleraba el suyo, era como en las épocas del internado, dónde se emocionaba hasta por qué le mandara un beso a distancia.

No había duda de que Changbin seguía causando mil revoluciones en él.

Al llegar a la mansión, pagó el taxi y se adentró, apenas abrió la puerta vio al pelinegro bostezando, sentado en las escaleras.

—Estás muy cansado —afirmó llamando la atención del chico, y una sonrisa—, no era necesario que me esperaras.

—Quería saber qué era eso que traías para mí —se acercó un poco y el castaño puso la maleta entre ambos—. De cualquier manera, no sé por qué no pudiste traer esto de día o anoche.

—Se me olvidó, y hoy estoy a punto de irme, mi vuelo sale en una hora.

La mano del chico se posó sobre la suya, con la que sostenía la maleta y lo miró nervioso.

—En media podemos hacer muchas cosas —sonrió acercándose a su rostro y sólo pudo girarse un poco, intentando oponerse a su cercanía—, sólo que no creo que estés de acuerdo.

●•◦★𝐄𝐧𝐬éñ𝐚𝐦𝐞 𝐚 𝐀𝐦𝐚𝐫𝐭𝐞 // 𝐌𝐢𝐧𝐛𝐢n, 𝐌𝐢𝐧𝐥𝐢𝐱 ★●•◦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora