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Apenas estuvo abajo, acomodó la mochila sobre sus hombros y buscó con la mirada.

No estaba.

Con un suspiro bajó en las escaleras eléctricas y por la mitad, lo vio llegando apurado a la sala de espera.

Apenas llegó abajo corrió hacia él como si no lo hubiese visto en años, sorprendiéndolo lo abrazó por la cintura y tomó su cuello para que no se soltara, entonces lo besó.

Y por supuesto que fue correspondido.

Algunas personas los miraban con emoción, nadie sabía que tenían sólo tres días separados, así que creían que era un gran reencuentro.

Al separarse un poco, Minho dejó su frente sobre la del rubio y lo vio sonreír levemente.

—Lo siento, perdóname, de verdad no creí que te afectara tanto no despedirme de tí.

El rubio soltó una risa y negó alejándose.

—No estaba molesto —mintió, porque esperaba que haciéndole creer que no lo había ignorado por aquello, el chico intentaría quedarse más—. Yo fui a la playa y le dí mi celular a mi amiga, la hermano de Chan.

—Christopher tiene hermanos?

—Dos —respondió asintiendo—, uno es muy pequeñito y mi amiga, Hannah tiene mi edad. 

El castaño pasó un brazo por sus hombros y él tomó su mano, necesitaba sentir su suavidad.

—Bueno, ¿Vamos a tu departamento o a desayunar?

—Aún tengo sueño —murmuró mirando su reloj—, vamos al departamento, es aún muy temprano.

—¿Piensas desperdiciar el día con tu amorcito?

Felix sonrió, estirándose para besar su pequeño puchero, haciéndolo reír.

—No es desperdicio si duermo contigo.

Y el castaño ya sólo asintió de acuerdo con eso.

El camino fue en silencio, el llegar hasta la cama del dormitorio también, sólo un par de besos cortos hubieron de por medio y, luego de que Minho lo abrazara pegándolo a él, se durmieron un par de horas, sin sentir siquiera la incomodidad de la ropa.

Al rato, el castaño comenzó a parpadear rápidamente, acostumbrándose a la luz que entraba a través de la ventana abierta.

Mirando a su lado sonrió, encontrando a Felix sonriendo aún dormido entre sus brazos y con las mejillas sonrojadas haciendo notar mas, sus hermosas constelaciones que tenía como pecas.

Era tan lindo dormido.

Intentó levantarse sin hacer muchos movimientos para no despertarlo, con la intención de hacer el desayuno, pero las manos de Felix apretando su ropa se lo impidieron. 

Sonrió ampliamente al verlo removerse y suspirar, entonces volvió a pegarse a él y comenzó a dejar un camino de besos desde su hombro hasta su mejilla, y luego de un quejido ronco el rubio comenzó a reír atrapando su rostro para darse tiempo a besarlo.

Correspondió gustoso y se alejó un poco, viéndolo abrir los ojos, bastante adormilado aún.

—¿Dónde quedó eso de la abstinencia? —se burlo el chico, haciendo referencia a los besos con los que lo había despertado— Ahora soy yo el que no quiere nada.

Por suerte, el chico jamás había sido dependiente del contrato sexual, por alguna razón se había acostumbrado.

El castaño se encogió de hombros, restándole importancia y, sonriendo, se levantó.

●•◦★𝐄𝐧𝐬éñ𝐚𝐦𝐞 𝐚 𝐀𝐦𝐚𝐫𝐭𝐞 // 𝐌𝐢𝐧𝐛𝐢n, 𝐌𝐢𝐧𝐥𝐢𝐱 ★●•◦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora