26

120 17 34
                                    

 Felix simplemente miraba como su novio se removía en la cama, eran las dos de la madrugada y, además de tener que soportar su hambre no había podido dormir porque el castaño parecía muy alterado.

Ahí estaba uno de esos llantos nocturnos, era la primera vez que lo veía. 

Literalmente estaba llorando dormido y eso lo ponía triste, pero más que nada, lo preocupaba.

El chico rogaba por algo que no llegaba a entender, sólo gritaba entre susurros como sí la voz se le estuviese apagando y un montón de lágrimas resbalaban por sus mejillas.

¡Tu co...n era mío, y te ...ste!

Aquella frase, a pesar de no entenderla mucho le dolía.

Se trataba de que alguien le había robado algo, eso lo entendía muy bien, y no sabía de muchas cosas importantes que hubiese perdido, ni él ni su familia.

Sólo una.

Sufría, odiaba pensar que luego de dos años aún estuviese tan lastimado por un amor que se fue, hasta el punto de tener pesadillas con eso.

Sabía que estaba reclamando su partida.

Le dolía ver al hombre que amaba, llorar por la persona a quien él amaba.

Ósea Changbin.

Ni siquiera sabría como explicar aquel sentimiento de dolor inmenso, que era causado por ver mal a su novio, aún, sin ser consiente de su estado de ánimo.

Su estómago rugió fuertemente.

Realmente moría de hambre, pero no podía simplemente levantarse a buscar comida y dejar ahí al castaño, llorando a mares.

Subió a horcajadas sobre él y se apuró a besar sus labios, a los segundos los sintió corresponder, apretando con fuerza su cintura, como si no quisiera soltarlo jamás.

—Volviste... —le escuchó decir en un susurro, aún sin que abriera los ojos y el corazón se le partió.

Realmente ese beso no era para él, sino para el pelinegro, quien estaba durmiendo en otra cama con otros brazos.

Intentó alejarse, le había dolido saber que en su interior no esperaba besarlo a él.

Pero Minho lo apretó más, sollozando con fuerza.

—Me...

—No te vallas, Felix —le dijo abriendo los ojos al escuchar su voz—, no me dejes, no lo hagas.

Y siguió llorando, el rubio, aún con pena se abrazó a él y besó su frente.

 —No lo haré mi amor, yo nunca te voy a dejar.

—¿Lo prometes?

—No te gustan las promesas —recordó y el castaño hizo un sonido de disgusto.

—Tú no eres él —le dijo y Felix sintió su corazón acelerarse—, pondré mi confianza en tí y te creeré si prometes quedarte conmigo —suspiró—. Tú confías en que yo voy a amarte, y yo haré lo mismo.

El chico se lo pensó un momento.

Eso quería decir que era mejor que Changbin ¿no? Con el pelinegro había perdido la confianza de que las promesas eran cumplidas, pero con él estaba abriendo la posibilidad de que todo volviera.

—Yo prometo quedarme contigo hasta que tú me pidas quedarme— sonrió alejándose un poco para mirarle y limpiar su rostro—. Si tú no puedes amarme, y si no soy útil para hacerte feliz no tendría caso seguir a tu lado.

●•◦★𝐄𝐧𝐬éñ𝐚𝐦𝐞 𝐚 𝐀𝐦𝐚𝐫𝐭𝐞 // 𝐌𝐢𝐧𝐛𝐢n, 𝐌𝐢𝐧𝐥𝐢𝐱 ★●•◦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora