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Su sonrojo era inevitablemente visible entre sus pecas, y bueno, parecería que era normal luego de que realmente el castaño le hubiese llenado de marcas todo el cuerpo.

literalmente.

Sintió su lengua recorrer desde su ombligo a su pecho, y, al tener su rostro cerca, el chico le sonrió, tomando uno de sus pezones rosaditos con los labios.

—¡No, no! —pidió en súplica, intentando poner su mano para que se alejara, aunque fue imposible— Ah..í no...

Pero sólo pudo soltar un pequeño gemido cuando sintió su piel ser succionada.

Sus piernas, espalda, brazos, cuello e incluso su trasero estaban rojos, llenos de marcas recién hechas, las cuales estaba seguro se quedarían ahí por un par de semanas, ya que habían sido muy duras.

Se sentía muy bien tener la boca del castaño en su piel, dándole calor.

Luego de algunos largos segundos donde el castaño tiraba de aquella parte de él, lo sintió alejarse y una sonrisa apareció en el chico.

—Ya está —le dijo orgulloso al notar sus ojos agotados y plantó un beso en la marca recién hecha—, esta es la más bonita.

Le miró presumido, aún más encantado por ver que aún estaba sonrojado y, claro, ya estaba muy acalorado.

Minho se acomodó entre sus piernas para alcanzar sus labios, mientras dejaba caricias sobre ellas.

—Amor... —murmuró algo incómodo por el calor que también desprendía, la verdad es que aunque necesitaba tenerlo cerca, no le agradaba nada la sensación de ardor.

—Sonará raro pero —le interrumpió alejándose un poco para mirarlo a los ojos, mientras tiraba hacia abajo de su bóxer—, necesito estar dentro ya. No puedo esperar.

El rubio sólo cerró los ojos cuando sintió su entrada siendo acariciada por los dedos del chico.

Por supuesto que él también lo quería así pero...¡¿Qué hacía con él maldito calor?!

Minho tomó su erección, dirigiéndola al interior del chico, viendo sus labios ser mordidos hasta que estuvo totalmente adentro.

—Sólo muévete —rogó.

Sin entender mucho su falta de perversión ante aquello, sólo asintió y comenzó a mecer sus caderas.

Poco a poco se sintió más apretado en el interior del chico, quien tiraba de su cuello con fuerza para mantenerlo sobre su boca, mordiendo sus labios.

—¡Ay, me estás quemando! —se quejó alejándose un poco, literalmente Felix estaba ardiendo, así que se levantó sin escuchar sus quejas lentas— ¿Am-estás bien?

—Tengo calor —admitió.

El castaño negó al instante, alejando lo más posible las mantas de su novio y comenzó a tocar por todo su cuerpo, notando su temperatura más alta de lo que normal era cuando estaban juntos.

—Te llevaré a dar un baño...

—No, cariño —se quejó—. Sólo déjalo pasar y ven conmigo.

—Entraré contigo ¿sí? —le animó, no quería sólo ignorar lo que pasaba porque de verdad le preocupaba, además, aunque lo intentase, seguiría sintiéndose quemado por la piel de Felix— Bañémonos juntos.

—Bien.

Su falta de interés ante aquella propuesta fue obvia, pero no le importaba mucho la verdad que se hubiese molestado tan rápido.

Iba a hacerlo por su bien.

Corrió a llenar la gran tina en el baño y a ponerle alguno de los perfumes que le gustaban al chico, porque sí, así seguro no se sentiría como un "remedio" y saldría quizá, de nuevo un poco feliz.

●•◦★𝐄𝐧𝐬éñ𝐚𝐦𝐞 𝐚 𝐀𝐦𝐚𝐫𝐭𝐞 // 𝐌𝐢𝐧𝐛𝐢n, 𝐌𝐢𝐧𝐥𝐢𝐱 ★●•◦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora