●•◦★𝐄𝐧𝐬éñ𝐚𝐦𝐞 𝐚 𝐀𝐦𝐚𝐫𝐭𝐞 // 𝐌𝐢𝐧𝐛𝐢n, 𝐌𝐢𝐧𝐥𝐢𝐱 ★●•◦

37

Apenas la puerta se cerró, todo se quedó en completo silencio, bastante incómodo a decir verdad.

Luego de algunos segundos así, simplemente meciéndose de pie en su lugar, el rizado carraspeó y Hyunjin, le miró apenando.

-Y... ¿A dónde fue Felix?

-Le dijiste que fuera a su casa, con tu tío.

-Eso fue hace horas.

Chris de nuevo se quedó en silencio.

Ya no era capas de tener una conversación fluida con Hyunjin. La última vez había confirmado sus sentimientos y se sentía vulnerable ante él y sus ojos bonitos, esos tan profundos que le hacían perderse cada vez que movía con rapidez sus pestañas.

Creía que en cualquier momento podría caer por sus encantos y realmente no quería eso.

No quería ser débil.

Suspiró.

-Se sintió muy mal toda la mañana y no lo dejé ir, creo que lo he arruinado -admitió-. Tu tío parecía triste.

-Pues claro, no se vieron.

-Es que le dije a Felix que yo iría con él, pero se negó, me dijo que podía ayudar más acá -bufó-. Al final nos quedamos solos.

El pelirosa asintió.

Era verdad, ¡carajo!

se habían quedado solos y ni siquiera lo había notado. ¿Era momento de insistir, quizás? Ahora que realmente no había nadie, creía que Chan podría abrirse de nuevo y aceptarlo, un poco más que la vez anterior.

Talvez está vez, conseguiría que le correspondiera un beso.

-¿Vamos a sentarnos? -propuso sonriendo y el chico asintió.

-Vamos.

Y así fue.

En el sofá, comenzaron con una conversación, la cual poco a poco fue logrando dejar a un lado la incomodidad.

Claro que, Hyunjin no dejaba de lado sus pensamientos sobre cómo lograr un poco más que palabras entre ambos.

Quizá era estúpidamente notorio, pero parecía que ya se había olvidado, que apenas un rato atrás estaba intentando consolar a su esposo por un claro problema que, aunque no quisiera, ya era de ambos, por el simple hecho de que estaban casados, y porque además, él era quien más deseaba tener hijos.

¿Quizá uno de Chan estaría bien...?

Carraspeó.

Mierda. Sí que se estaba olvidando de lo que sucedía, y peor aún, no estaba tomando en cuenta que lo que menos debía hacer en ese momento era pensar en alguien que no fuese Changbin, sino que debía concentrarse en apoyarlo.

Pero por el carajo, era difícil hacerlo teniendo enfrente suyo, a un hombre tan perfecto como el rizado.

Siempre había sido su debilidad y las cosas no cambiarían.

-... y creo que se cortó con la máquina de café, porque...

-Te amo -le dije de pronto y el rizado frunció el ceño, riendo por lo repentino de sus palabras-. Mucho más que a mí mismo.

-Uff, entonces apenas y sabes que me amas.

Hyunjin se lamió los labios y ladeó la cabeza, confundido.

-¿Me estás diciendo que no tengo amor propio?

-¿Qué pensarías tú, si las cosas fuesen al reves? -espetó con amargura- si tú supieras que yo estoy casado, y que necesito hacer siempre que todos estén abajo de mí para sentir que soy feliz. ¿Qué sentirías si cada vez que me rechazas, yo me voy a meter con alguien más sólo para "demostrar' que no me importas, que sólo eres uno de mis tantos juguetitos?