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Muy bien, no tuvo mucho éxito para averiguar qué era la piedra lunar y porqué la querían tanto, pero por algo se debe empezar.

Lizzie decidió dejar ese asunto por un rato, así que ahora estaba con Zed y Eliza pensando en una forma de que la gente vote por el zombie, la verdad es que eso solo pasaría a su favor si los hombres lobo votaran por él, lo cual es muy poco probable.

—Lizzie, ¿estás escuchando?

Miró a su hermano, ambos la miraban raro, no los culpaba, decidió que iba a dejar de pensar en el asunto de los lobos, cosa que en realidad no dejó de hacer.

—Lo siento, estaba pensando.

—Piensa en lo que quieras, menos en un chico.

—¿Por qué no puedo pensar en un chico? —hasta Eliza lo miró raro.

—Eres un ser puro e independiente que no necesita de un novio, es una perdida de tiempo para ti.

—¿Entonces eres una pérdida de tiempo para Addison?

—Addison es Addison, tú eres tú.

—Eso no tiene sentido —Eliza le dió un golpe.

—Sí lo tiene.

—Ni tenías que pedirlo, no quiero un novio. Y si lo tuviera, me aseguraría de que sea un hombre lobo solo para fastidiarte.

—Voy a rezar tres aves marías a partir de ahora.

La charla iba muy amena, pero todo se fue al diablo cuando fueron a buscar a los lobos. La bruja insistió en que no era buena idea por un buen rato, pero su hermano hizo caso omiso.

—Lo diré por cuarta vez, nos darán un zarpazo.

—Deja de ser negativa, los necesitamos —repitió el joven.

La Necrodopolis pensaba que él no entendía que el hecho de que tres adolescentes y una niña tratarán de convencer a toda una manada de lobos desconfiados y listos para defenderse sobre votar a un zombie que solo quería ir al baile con su novia increíblemente amable no era la mejor idea del mundo.

—No digo que nos van a atacar, pero sí lo hacen no dudaré en dejarte atrás -le recordó.

—Sé que no eres capaz, ¿o sino a quién le pedirás favores?

—A Bonzo, y si no quiere, a Eliza.

—A mí no me metas.

Llegaron hasta donde estaban los hombres lobo, los miraron muy fijo, algunos molestos por su presencia al parecer. Lizzie apretó los labios pensando que ya iban a morir, esperando ir al cielo y ver a Freddie Mercury, ahí descansaría en paz.

Wynter le sonrió y la saludó disimuladamente con la mano, la castaña le devolvió ambos gestos de la misma manera.

—Hola, lobos, permítanme presentarme... soy Zed, zombie, estrella de fútbol, esperanza presidencial —extendió su mano, pero nadie la tomó, solo se le quedaron mirando.

Su hermana del medio lo obligó a bajar la mano para que dejará de pasar vergüenza, ella le advirtió, ¿le hizo caso? No.

—Cuando los zombies llegamos a Seabrook éramos marginados —comenzó Eliza —y por eso necesitan un presidente como Zed que los represente —lo señaló.

—Nos... honraría que se nos unieran —dijo la bruja, era raro pero también la verdad, era su hermano al fin y al cabo, no de sangre, pero lo quería como uno.

—Nuestra manada es nuestra manada —se levantó Wynter —no necesitamos más así que... —hizo un movimiento con sus brazos englobándolos, efectivamente era una clara señal de que debían irse y la Necrodopolis quiso obedecerla, la tal Willa la ponía nerviosa.

𝐈 𝐇𝐀𝐓𝐄 𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐀𝐘 [𝐖𝐘𝐀𝐓𝐓 𝐗 𝐎𝐂]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora