Lizzie pensó que tal vez quedarse toda la noche despierta leyendo esos libros no fue buena idea teniendo un examen ese mismo día, por lo menos era de a dos, aunque eso no parecía buena idea considerando que era un examen de matemáticas sorpresa y lo hacía con Wynter.
Ambas se quedaron mirando la hoja y luego se miraron.
—¿Estudiaste? —preguntó la loba.
—No —negó, las dos se miraron con miedo —vamos a reprobar.
—Que sea lo que la luna quiera.
Y entre intentos de recordar los temas de la última clase resolvieron los ejercicios, fue difícil y ahora estaban seguras de que el profesor tenía algo contra los estudiantes, pero lo terminaron con tiempo de sobra.
Necrodopolis se recostó en la mesa cansada y con notables ojeras.
—Te ves... como un zombie.
—Gracias —sonrió alzando la cabeza —estuve leyendo ayer, no encontré nada aún y llevó un libro entero.
—No voy a preguntar cómo te terminaste un libro entero en media noche.
—Don increíblemente útil, supongo —hizo una pausa, pensando detenidamente en el asunto de los libros.
—Los que terminaron el examen pueden irse —soltó de la nada el profesor sin siquiera mirarlos.
Las dos se miraron antes de agarrar rápidamente sus cosas y salir corriendo del salón.
—¡Libertad! —gritó Barkowitz trotando con los brazos estirados.
—Libre soy, libre soy, no puedo ocultarlo más —cantó Lizzie dando un par de vueltas antes de seguir trotando.
—¿Y esa de dónde es?
—En serio, debo pagarles el internet y comprarles celulares.
Ambas rieron y siguieron caminando normalmente balanceando sus mochilas de un lado a otro y a veces chocando.
—Oye Lizzie.
—¿Qué pasa?
—Tengo que ir al baño —sin darle tiempo a pensar la arrastró al más cercano y luego se encerró en un cubículo.
La nombrada dejó las dos mochilas sobre el lavamanos y se miró en el espejo, comprobó su deprimente estado de zombie falso aunque muy poco podía hacer, no es como si llevará maquillaje a cualquier lugar.
Se analizó, de no ser porque era una bruja habría creído que era la única humana que rompía el código de vestimenta inexistente de celeste y rosa. Tenía un estilo parecido al zombie, aunque francamente de allí salía la mayor parte de su ropa. Lo ignoró y trató de peinarse un poco, parecía haber despertado hace cinco minutos.
Wynter salió del cubículo con el sonido de la cadena finalizando y se acercó hasta ella para poder lavarse las manos.
—¿Te lo dije? -preguntó la loba.
—Sí, me lo dijiste, estoy terrible.
Las risas duraron pocos segundos, apenas la joven de mechón blanco se secó las manos con su propia ropa, su collar se tornó verde y empezó a toser.
Necrodopolis la sostuvo de los brazos para que no cayera mientras pensaba qué hacer, nunca había visto eso en ningún hombre lobo. Entró en desesperación, ni siquiera notó con el espejo que sus ojos brillaban en aquel fucsia y estaba apunto de hacer uso de sus poderes inconscientemente.
Todo sucedió tan rápido que ninguna terminó de procesarlo. Las manos de Lizzie comenzaron a brillar por su energía al mismo tiempo que las marcas de los brazos de Wynter brillaron de blanco al estar en contacto directo con la magia de la contraria; esa energía fucsia se volvió blanca al entrar por las marcas y moverse debajo de la piel de la loba hacia su collar que, al llegar, brilló unos segundos hasta que se apagó y por consecuente, sus marcas también y la magia desapareció.
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𝐈 𝐇𝐀𝐓𝐄 𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐀𝐘 [𝐖𝐘𝐀𝐓𝐓 𝐗 𝐎𝐂]
Fanfiction𝐈𝐇𝐓𝐖 || 𝑨𝒏𝒅 𝑰 𝒉𝒂𝒕𝒆 𝒕𝒉𝒆 𝒘𝒂𝒚 𝒎𝒚 𝒉𝒆𝒂𝒓𝒕 𝒊𝒔𝒏'𝒕 𝒎𝒊𝒏𝒆, 𝒏𝒐𝒘 𝒊𝒕'𝒔 𝒚𝒐𝒖𝒓𝒔. 𝐋𝐢𝐳𝐳𝐢𝐞 𝐞𝐫𝐚 𝐚𝐥𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐮́𝐧𝐢𝐜𝐚 𝐞𝐧 𝐒𝐞𝐚𝐛𝐫𝐨𝐨𝐤, 𝐧𝐨 𝐭𝐞𝐧𝐢𝐚 𝐮𝐧 𝐥𝐮𝐠𝐚𝐫 𝐟𝐢𝐣𝐨, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐩𝐨𝐜𝐨 𝐥𝐞 𝐢𝐦𝐩...