𝐈 𝐇𝐀𝐓𝐄 𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐀𝐘 [𝐖𝐘𝐀𝐓𝐓 𝐗 𝐎𝐂]

21; surprise

—Sí que te gusta ese perro.

—¿Es demasiado?

—¿Hacer tú sola una carta 3D que sacaste de un vídeo barato de youtube que en realidad era para el día del padre? No, claro que no.

Lizzie aplastó la carta con su cabeza haciéndola pedazos, aunque no había mucha diferencia a cómo estaba antes, pues le había quedado horrible.

Hasta se había dibujado a ella y a Wyatt con palitos, jamás sabría dibujar bien.

—Okey, esto no sirve —arrugó el papel y lo tiró a la basura junto a los otros intentos, pues se quedó toda la noche despierta tratando de hacer un regalo —no sé que puedo hacer, ya probé todo tipo de cartas.

—Tal vez no necesites hacer una carta, debes ser buena para otras cosas.

—Ya le regalé una pulsera una vez, no quiero repetirlo, y él me dió este anillo y se quedó con el otro. ¿Qué más puedo hacer? No creo que quiera flores.

—Piensa en algo que le guste, debe haber algo decente.

Necrodopolis se cruzó de brazos y miró el techo como si eso le diera más ideas, despreocupada por faltar nuevamente a la escuela.

Tenía prioridades, ¿okey?

La vaga idea se metió en su cabeza, se enderezó de golpe cuando no quiso salir.

—Ya sé que hacer. Morgan, a la cocina.

—¿Al fin vamos a desayunar?

—Vamos a preparar galletas.

—¿Vamos a comer galletas? Ya las extrañaba, y con un gran tazón de leche son perfectas.

Su dueña lo miró fantasear, no tenía la fuerza suficiente como para decirle que no, su pobre gato había sobrevivido tanto como pudo y sentía que debía concederle ese pequeño capricho.

—De acuerdo, comeremos algunas.

La bruja se puso sus zapatillas y se peinó con los dedos sin darle mucha importancia antes de salir de la casa con su gato rumbo a la tienda, pues los ingredientes que tenía en mente no los tenía.

—¿Qué vamos a comprar? —se acurrucó en su cuello.

—Levadura, chispas de chocolate y algún glaseado.

—Se me hace agua a la boca solo de imaginarlas.

—Tranquilo, fiera, eso es para las galletas. Compraremos otras cosas también.

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—¿Para qué es todo esto? —preguntó el gato jugando con una cinta violeta.

—El cumpleaños de Willa y Wyatt es hoy, no sé me había ocurrido hacerles una fiesta sorpresa hasta ahora.

—¿Por eso vamos a la cueva?

—Exacto, su familia merece estar también. Además, creo que al señor Lykensen le gustaría llevarse bien con su hijo otra vez.

—Creo que necesitarás su permiso primero.

—Obviamente, por eso no fui a la escuela.

—¿No es muy tarde para armar algo así?

—Nunca es lo suficientemente tarde, además la jornada escolar acaba de empezar, tenemos toda la tarde.

Necrodopolis ingresó a la guarida con dos bolsas en sus manos, buscó con la mirada a alguien que pudiera ayudarle y, como si la suerte estuviera de su lado, vió a los padres de los mellizos.