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Si Morgan ya tenía los pensamientos revueltos por su charla con Wyatt y se replanteaba su relación con él, ver a Zed y Addison cantar como si no hubieran sufrido una invasión alienígena que destruyó toda una calle ya lo había puesto de mal humor.

¿Es que nadie en Seabrook pensaba que pudieron morir? Tal vez pocos, pero era lo mismo. ¿Por qué era el único sensato y cuerdo en esa ciudad?

Afortunadamente, Wyatt y Lizzie lo notaron a la perfección, así que estaban empeñados en hablar sobre cosas que no lo involucraran demasiado para que no tuviera que opinar sobre que decían algo estúpido.

Pero claro, estar de mal humor no era impedimento para hablar, o al menos, para estar muy alerta.

Un maullido furioso cortó la conversación de los adolescentes, siguieron con la mirada el lugar que el gato observaba, entendieron al instante lo que le sucedía cuando vieron al trío de alienígenas caminar curiosos por el pasillo de la escuela.

—Tranquilo, Morgan, no van a acercarse —intentó tranquilizarlo el alfa.

—No puedes saberlo, perro.

La resignación se apoderó del rostro del Lykensen, no importaba cuánto lo intentara, ese apodo jamás lo dejaría en paz y muchísimo menos lograría gustarle algún día.

—De todas formas, no parece que nos presten mucha atención, así que nosotros tampoco lo hagamos y todos contentos, ¿qué tal eso?

—Me gusta tu idea —volteó a verlo, pero volvió a maullar cuando su dueña lo dejó en sus brazos, sorprendiendo a ambos —¿Y ahora qué te pasa?

—Ya vuelvo.

—¿Adónde vas? —los dos fruncieron el ceño a la vez, aparte de coordinar la pregunta.

Necrodopolis se les quedó mirando unos segundos por tal sincronización, a veces no entendía cómo podían ser casi iguales y llevarse tan mal.

—Tengo que hablar con alguien.

—¿Y es tan importante como para que nosotros no podamos estar? —el felino movió la cola con seria obviedad.

—Eso eso —asintió el lobo, ni se molestó en expresar la sorpresa de que lo haya incluido.

—Sí y no, mayormente es porque no quiero que estén en ese momento.

—¿Eso que escuché fue rechazo? —el animal contrajo aún más las pupilas.

—Claro que lo fue —lo abrazó aún más en un intento de demostrar qué tan ofendido estaba.

—No sean infantiles, solo quiero evitar que A-lan vaya a la enfermería.

—¿A-lan? —ambos coordinaron nuevamente, la castaña no se sorprendió demasiado cuando su mascota no lo recordó.

—El alien que me "electrocutó" —concluyó antes de ir a buscarlo rápidamente.

Los varones se le quedaron viendo caminar hacia ese chico, aunque por su mente se referían a él como «el loco que hay que mantener alejado de Lizzie».

—¿Me perdí de algo antes de llegar que parece que se le zafó un tornillo?

—¿Tuvo tornillos alguna vez?

—Buen punto. ¿Piensas lo mismo que yo?

—De alguna forma extraña, sí —se subió a sus hombros —¿Qué esperas?

—Por mucho que quiera, no me acercaré a golpearlo a menos que hagan algo contra ella.

—Eres un aguafiestas.

𝐈 𝐇𝐀𝐓𝐄 𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐀𝐘 [𝐖𝐘𝐀𝐓𝐓 𝐗 𝐎𝐂]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora