19; black cat

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Aparentemente no había aprendido nada de la última vez, pues había vuelto a la aldea sola y sin decirle a nadie.

En su defensa, las dudas la estaban atormentando... y necesitaba olvidarse de su momento con Wyatt.

No había dormido bien, cada vez que lo conseguía empezaba a tener extrañas visiones, aunque no sabía si debía llamarlas así dado que solo eran puros destellos de luces de colores; y estar despierta tampoco había sido bueno, su mente la llevaba a recordar lo que había sucedido la tarde anterior.

Aún lo recordaba como si estuviera pasando ahora, sentía el frío de su mano en su cuello y su respiración sobre la suya, si lo imaginaba lo suficiente incluso sentía un pequeño roce de sus labios...

Se dió unas suaves cachetadas para olvidar todo eso, salió a resolver sus dudas y a olvidarse de lo sucedido, no necesitaba volver a recordar todo eso.

Esta vez trató de guiarse según lo poco que recordaba, miró nuevamente las casas quemadas intentando ubicar lo que había sido la suya.

Caminó hasta el centro sobre aquella plataforma de madera con un hueco y observó con atención las casas alrededor de ella, la suya debía tener una bandera rosada, o bueno, los restos de una bandera.

Sonrió al recordar que aquella bandera fue por petición suya, su madre solo accedió a ponerla porque ella había estado jugando a los reyes con Morgan.

Se detuvo en su lugar, su sonrisa se esfumó.

¿Morgan?

¿Quién era Morgan? ¿Por qué recordaba su nombre ahora?

—Morgan... —susurró al aire, buscando en su memoria más información de aquel nombre.

—¿Quién es Morgan?

La bruja soltó un grito y se dió la vuelta únicamente para darle un puñetazo a aquel desconocido, pero no era un desconocido.

—Auh... eso dolió —el Lykensen quitó ambas manos de su nariz y se alivió al ver que no sangraba —¿Estás siguiendo la tradición de Addison o qué?

—¡Ay, dios, perdón! —se acercó un poco para comprobar que estuviera bien, pero se detuvo a medio camino —espera, ¿qué haces aquí?

El alfa sacudió la cabeza para salir del efecto que le causó el golpe, luego procesó la pregunta y su mente comenzó a trabajar en una excusa.

—Pude olerte.

—¿Cómo? Este lugar está a kilómetros de la guarida.

—Soy un alfa, tengo el olfato más desarrollado que cualquiera y, aunque no te guste, la aldea está dentro del bosque y el bosque es territorio de hombres lobo.

—¿Ahora eres el dueño del bosque?

—No, pero somos los únicos que habitamos aquí desde hace años, estamos atentos a las amenazas.

—¿Soy una amenaza? —se cruzó de brazos.

—No, quiero decir... —se pasó las manos por el rostro algo frustrado —ser alfa viene con responsabilidades, tengo una manada que proteger de los posibles peligros por aquí.

—Creo que solo lo empeoraste —se burló.

—¿Demasiado?

—Nah, pero mejor cierra el hocico.

El lobo asintió algo nervioso, supo desde un principio que la persona en ese lugar era Lizzie, podía reconocer su olor de cualquiera por ser su ancla; la realidad es que solo había ido porque quería verla y hablar de lo sucedido.

𝐈 𝐇𝐀𝐓𝐄 𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐀𝐘 [𝐖𝐘𝐀𝐓𝐓 𝐗 𝐎𝐂]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora