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Se despertó con mucho esfuerzo y un terrible dolor de cabeza, la luz del sol que entraba por la ventana la obligó a cerrar los ojos y, por si fuera poco, se sentía dolorosamente cansada.

Una mano helada se apoyó en su frente, de algún modo alivió el dolor y pudo abrir los ojos, divisó a la dueña de aquella mano.

—¿Eli...?

—No hables —la interrumpió mientras revisaba algo en su computadora.

Lizzie pudo abrir mejor los ojos y miró a su alrededor, estaba en su habitación, el dolor de cabeza se fue aunque el cansancio lo hacía mucho más lento. Eliza retiró la mano y dirigió su mirada a ella, la ayudó a sentarse en la cama.

—¿Cómo te sientes? —cerró la laptop.

—Como si me recuperara lentamente luego de que me atropellaran... —se pasó una mano por la cabeza, no recordaba muy bien qué había sucedido.

—No fue tan así, aunque si estuviste inconsciente dos días.

Su expresión de sorpresa confundió a la zombie, era lógico después de lo que pasó, aunque todavía no estaba del todo segura de lo que había hecho.

—¿Y eso por qué?

—¿No te acuerdas? —la castaña negó —la piedra lunar se destruyó y los lobos casi mueren, tú... ¿los recargaste? No sé, la cuestión es que no murieron porque les diste algo a los collares con tu magia, eso te agotó lo suficiente como para que quedarás así.

Escuchar eso no la hizo sentir del todo mejor, si bien los había ayudado en ese momento, la falta de la piedra lunar seguía presente y ahora había empeorado, tarde o temprano sentirían nuevamente su ausencia y decaerían.

—No te preocupes por eso ahora, ven, vamos —la de cabello verde la ayudó a pararse, la bruja se estiró un poco hasta que ya pudo moverse sola.

Bajaron a la sala dónde se encontraron a Zoey jugando a la fiesta del té con Zed que, si de ser sinceros, se veía bastante cansado.

—Chicos, miren quién despertó -los llamó Eliza.

Los dos voltearon y abrieron los ojos como si hubieran visto algo irreal, no tardaron en levantarse e ir a abrazar a su hermana con fuerza, tirando los juguetes en el camino. Lizzie no tardó en corresponder ese abrazo, sonriendo por la preocupación de ambos.

—¡Estás bien! —saltó la pequeña de alegría sin siquiera soltarla.

—Sip, ya estoy mejor —le acarició la cabeza.

El zombie se separó y la sujetó de los hombros, mirándola con seriedad.

—Nunca vuelvas a hacer algo así, ¿me entendiste? O yo mismo te mataré.

—No lo volveré a hacer... por ahora.

Y en lo que su hermano le apretó los hombros con más fuerza, Eliza le dió un golpe en la cabeza y Zoey una palmada en la espalda.

—¡Bueno, no lo hago más! ¡Pero no me peguen!

—¿Entonces ya no pasa nada más? —preguntó el mayor mirando a su amiga que simplemente negó.

—Ya no tiene nada, está totalmente recuperada —se fijó la hora de su reloj —y yo me tengo que ir, le prometí a mi mamá ayudarle con algunas cosas.

Los otros dos zombies fueron a abrazarla a ella con fuerza, la castaña no pudo evitar reír al ver que la apretaban demasiado.

—Gracias por ayudar a Lizzie —agradeció la menor.

—No hay de que... —sonrió aunque le empezaba a faltar el aire.

—En serio, gracias —su amigo la abrazó más fuerte.

𝐈 𝐇𝐀𝐓𝐄 𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐀𝐘 [𝐖𝐘𝐀𝐓𝐓 𝐗 𝐎𝐂]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora