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Los reflectores se centraron en el escenario, donde se encontraba la directora Lee con un micrófono y un papel en mano, tenía plasmada una sonrisa en su rostro, una mucho más alegre que la de los estudiantes que, si bien estaban felices, había algo de tristeza en ellos.

—Bienvenidos todos a esta hermosa noche, les agradecemos a todos que puedan estar aquí hoy con nuestros estudiantes que, luego de muchos años, finalmente llegaron hasta aquí.

—Y somos libres de este lugar —le susurró la bruja al chico a su lado, el cual no pudo evitar soltar una pequeña risa nasal.

La realidad era que aunque ambos estuvieran viendo a la directora, no la escuchaban con atención, sabían que estaba dando todo un discurso emotivo, pero no necesitaban más motivos para ponerse sentimentales.

El Lykensen le echó otra mirada a la chica, otro escaneo completo. Ella se encontraba cruzada de brazos observando al frente, el brillo de los reflectores y las luces en el gimnasio le daban un tono distinto a su piel, uno mucho más bello y que hacía resplandecer sus ojos en contraste del maquillaje.

De pronto, Wyatt sintió que tenía otro motivo en la lista para considerar a Lizzie como la persona más hermosa que haya pisado el planeta.

Pasó una mano alrededor de su cintura y la acercó a su cuerpo sin timidez; apenas ella volteó a verlo con una sonrisa, claramente sabiendo sus intenciones, él volteó hacia el frente con una sonrisa, sin disimular demasiado.

De todas formas, la castaña no dijo nada ni se alejó, solo le devolvió el gesto abrazándolo por la espalda.

Aunque claro, estábamos hablando de Wyatt, él no aguantaba demasiado.

—Estás hermosa.

La Necrodopolis soltó una ligera risa, intentando no llamar demasiado la atención de nadie, aunque su sonrisa delataba que algo había pasado.

—Gracias, tú tampoco te ves nada mal.

Una sonrisa de orgullo apareció en su rostro y tuvo que contener las ganas de llenarle la cara de besos, era increíble la libertad de sus pensamientos luego de haberse confesado, como si hubiera desbloqueado algo en su cerebro.

Sin embargo, antes de poder contestar con alguna broma de las suyas, los aplausos llenaron el lugar, dando por concluido el discurso de la directora.

—Ahora, sin más preámbulos, llamaremos a los estudiantes para que puedan recibir sus diplomas.

—¿Ya tienes listo lo que vas a decir?

El hombre lobo asintió orgulloso, la realidad es que había cambiado de opinión hace dos minutos.

—¿Y tú?

—Lo tengo listo desde que comenzó el año.

—¿Tantas ganas tienes de terminar la escuela?

—Como no tienes idea.

La directora Lee fue llamando poco a poco a los alumnos para que recibieran sus diplomas y medallas, símbolos de que finalmente habían concluido con sus estudios allí.

Luego de unos cuantos minutos, el nombre de Lizzie apareció en la pantalla que había en la pared, los aplausos resonaron en el aire mientras la castaña se acercaba con timidez y emoción a las escaleras del escenario.

Una vez que subió y volteó al público, notó algunos flashes de celulares, imaginaba que debían ser de su familia y sus amigos, así que sonrió y saludó con una mano hasta que llegó junto a la directora.

Lee le puso la medalla, la cual la menor contempló con admiración antes de recibir su diploma. El fotógrafo le sacó una foto con la mayor y, luego de mucho esperar, el micrófono llegó a sus manos para que dijera sus palabras de despedida.

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⏰ Última actualización: Nov 07 ⏰

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𝐈 𝐇𝐀𝐓𝐄 𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐀𝐘 [𝐖𝐘𝐀𝐓𝐓 𝐗 𝐎𝐂]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora