𝐈 𝐇𝐀𝐓𝐄 𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐀𝐘 [𝐖𝐘𝐀𝐓𝐓 𝐗 𝐎𝐂]

17; Chirstmas

Definitivamente había llegado Navidad, tan solo viendo cómo brillaban las luces en todas las casas se sabía; había adornos por todas partes y un muñeco de nieve al menos en cada cuadra. Y en la casa Necrodopolis no fue la excepción.

—Zed, quítate eso, no tienes que ir disfrazados de elfo —lo regañó la castaña tratando de atar la punta de su trenza.

—Es Navidad, se supone que deberíamos vestirnos así —se quitó el gorro.

—En cualquier caso, podrías haberte disfrazado de Santa.

—¿Y ponerme una barba falsa que solo me picará toda la noche? No, gracias.

Zoey entró al cuarto con una gran sonrisa, moviéndose como si estuviera a punto de saltar.

—¡Tenemos que estar en la escuela en una hora! ¡Rápido! —y así de rápido se fue.

—Nunca ví que tuviera tanta emoción por ir a la escuela —la joven alzó una ceja mientras dejaba su cabello ya peinado.

—Es Navidad, Lizzie, relájate —dijo saliendo del baño con otra ropa.

—En mi pueblo, Navidad era una fiesta donde "Santa" se llevaba a los niños malos y a los buenos les daba varitas de un uso.

—Pero no estamos en tu pueblo, estamos en Seabrook, donde Santa les trae regalos a los niños.

La menor suspiró con una leve sonrisa, su poco ánimo no pasó desapercibido para su hermano.

—Usualmente me lo retrucas, ¿qué sucede?

—Nada, solo que... —se cruzó de brazos —creo que a veces me gustaría tener una mamá, o a otro brujo, no lo sé, es tonto.

El zombie se sentó en la cama que estaba al lado del escritorio donde estaba ella, dejó su vista unos segundos el piso antes de mirarla.

—Sí, tener una mamá habría sido agradable.

Su decadencia fue más que evidente, la bruja no tardó en recordar el asunto.

—Lo siento, no quise...

—Tranquila, ya me acostumbré —sonrió para sí mismo —aunque me habría gustado tener más tiempo con ella, al igual que para Zoey.

Lizzie sabía poco de la situación, era de las pocas cosas que Zed jamás quiso contarle sobre cómo se sentía, aunque conocía los términos generales y el porqué de no tocar el tema.

—No estábamos hablando de mí —sacudió la cabeza —hablábamos de ti.

—No quiero hablar de mí.

—Tarde, tú empezaste —se burló —pero creo que puedo entender lo que te sucede.

—¿Si? ¿Qué me sucede?

—Sientes que no encajas porque no hay nadie como tú, podría decirte que sé cómo es, pero estaría mintiendo; a pesar de que no encajaba, siempre tuve a otros zombies.

La castaña bajó la mirada, odiaba que supiera tan fácilmente lo que le pasaba.

—Sé que no puedo hacerte sentir mejor, la realidad es que quieres algo que no puedo cumplir, pero me habría encantado que hayan otros brujos y seguro que los hay en alguna parte —se levantó dispuesto a irse a la fiesta, dado que Zoey aún los esperaba —lo único que puedo decirte es que a pesar de que lo sientas, no estás sola, Lizzie, me tienes a mí, a papá, a Zoey, a otros zombies, a humanos y hasta a hombres lobo; a veces creo que eres como Addison, una parte fundamental de la unión en Seabrook.

—No es verdad —soltó una risa nasal ante lo último.

—Sí lo es, al menos para mí; al principio, los lobos confiaban más en ti que en Addison a pesar de que creyeran que ella era la Gran Alfa; y si no fuera verdad, no tendrías una piedra lunar colgando de tu cuello.