35

1.1K 105 81
                                    

Al día siguiente, cuando quiso darse cuenta de todo lo que había pasado, solo pudo suspirar con cansancio. Se había descubierto la verdad de los alienígenas, ella casi había hecho un desastre, ahora ellos se iban con Addison porque resulta que su abuela era alienígena, así que los tiene que guiar a Utopía para que se vayan.

Pero claro, ninguno de esos eventos tenía tanta importancia como el que Wyatt sabía de sus sentimientos y luego él se le declaró. Había cosas mucho más importantes.

Y ameritaba que su confidente lo supiera.

Cuando le contó a Morgan lo sucedido, el felino solo pudo darle una mirada incrédula, prácticamente casi se desmaya, pero trató de disimularlo soltando un:

—Era bastante obvio, ya era hora.

Sabía que aunque eso fuera cierto, todavía le chocaba el hecho de que el gran día llegara, así que trataba de asumirlo con la mayor tranquilidad posible.

Esa fue la parte tranquila del asunto, porque por el otro lado fue bastante diferente...

Un fuerte grito resonó en las cercanías de la cueva de los lobos, los pocos animales que había cerca salieron corriendo espantados.

Dentro del lugar, Willa y Wyatt se sobaban adoloridos los oídos mientras Wynter saltaba de un lado a otro diciendo cosas que solo ella lograba entender.

Rhetta se asomó alarmada por la puerta del cuarto de su nieto, pero en cuanto vió la situación, sus sentidos disminuyeron y frunció el ceño, claramente molesta por el ruido innecesario.

—Me imagino unas cuantas cosas que pudieron pasar, pero por ahora no me interesa ninguna.

Y con eso, solo se limitó a agarrar la primera cosa que tuviera a la mano, que fue un buzo viejo y se lo tiró a Barkowitz, ocasionando que finalmente se quedara quieta; luego se fue del lugar cerrando la puerta con fuerza.

La más joven se quitó la prenda y la arrojó a algún lado, su sonrisa no se había ido en lo absoluto.

—¡Se confesaron!

—Sí, Wynter, lo hicieron; probablemente todo Seabrook lo sabe gracias a ti.

La nombrada solo pudo dar otro par de saltitos antes de seguir con lo suyo. La alfa decidió ignorarla y se dirigió a su mellizo.

—Pero finalmente llegó el día.

—Supongo que le debo una a Eliza por darme la oportunidad de decírselo.

—¿Pero eso no afecta tu plan inicial?

Su hermano sonrió con gracia, casi rió, sin embargo solo negó con la cabeza. La Lykensen supo perfectamente que ninguna de sus ideas iba a ser descartada, incluso si ya existía el conocimiento de que hasta llegaron a decirse «te amo».

—De acuerdo, aunque supongo que algunas cosas tendrás que cambiarlas. ¿Cuál es tu plan?

—Gritarlo en el escenario.

—Con vibras de Don't Blame Me, por favor —interrumpió la de ojos claros, quién ya se había sumado a la conversación.

—Sin dudas, no le compuse una canción para no cantársela.

~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

Después de casi tres horas, Lizzie se dignó a salir de su habitación a hacer algo productivo con su vida fuera de su casa, pero en vez de eso su atención se desvió al cuarto de su hermano, quién estaba metiendo ropa en un bolso.

—¿Qué se supone que estás haciendo?

Zed se detuvo a medio camino, intercalando la mirada entre ella y sus cosas como si lo hubieran descubierto en la escena del crimen.

𝐈 𝐇𝐀𝐓𝐄 𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐀𝐘 [𝐖𝐘𝐀𝐓𝐓 𝐗 𝐎𝐂]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora