✴ Capítulo 53 ✴

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Esa mañana en particular, el tenue reflejo del sol entraba por el cristal de la ventana delicadamente, pudiendo sentirse también la frescura que el tiempo prometía traer al día. Una taza humeante de té de manzanilla se encontraba reposando en sus manos, tratando de entibiarlas. Le parecía bastante bonito el como el color violeta pastel creaba una sintonía perfecta con el blanco hueso, la porcelana siendo también, un material que siempre le había gustado, también en los últimos años, desarrolló una especie de extraña necesidad por adquirir aunque sea una piesa de un objeto del mismo material.

Era inevitable que, al pasar el tiempo, el estar en un negocio como un bazar, terminara conllevando el comprar una taza o tazón para después ponerlas junto con las demás en la alacena. No podía medirlo adecuadamente, aunque trataba de moderarlo, simplemente terminando por haber más de lo que ellos podrían utilizar, incluso si alguien llegaba de visita.

De pie y apoyado en la encimera de la cocina, le dio un sorbo al líquido que, cabe destacar, Joel había preparado para él momentos antes. La costumbre de la rutina que habían creado no se desvanecía, y dudaba que fuera a hacerlo; porque aunque no era una exigencia que debía cumplir al pie de la letra, que de hecho jamás lo sería, nuevamente se había levantado junto a él para prepararle el desayuno.

Le pidió que se quedara durmiendo o por lo menos recostado entre las mantas, ya que él mismo podía hacerse algo de comer, pero no había podido persuadirlo. Al parecer algún bichito le había inyectado la testarudez de repente, diciéndole: "No faltaré a mi palabra, tú comeras todos los días antes de irte". ¿De qué palabra estaba hablando? Le acusaba gracia y también ternura porque nunca había prometido algo. Luego le dio un pequeño y efímero beso para que quitara esa cara de molestia, saliendo de la habitación.

Sólo suspiró porque aún si quisiera cuidarlo y que se tomara su propio tiempo, no podía oponerse cuando el mayor sólo estaba buscando pasar tiempo con alguien que le hacía sentirse bien. Un momento pequeño para compartir, esta mañana teniendo listo dos tazas de té acompañado de un par de tostadas con mermelada. Algo sencillo, pero también muy apreciable.

-¿Crees...? -Escuchó el tono dudoso y bajo del otro, cambiando la dirección de sus ojos hacia los contrarios en lugar de estar en sus rulos. -¿Crees que seré bueno en el trabajo que consiga? Es que tengo algunas dudas al respecto.

Estaba sentado en el taburete de la isla, dándole la espalda al mármol para tenerlo de frente, aunque su mirada estaba puesta sobre la taza encima de sus muslos, uno de sus dedos pasándose sobre el límite del círculo de la misma. No sabía si estaba jugando o simplemente lo hacía para distraerse de los nervios que le ocasionaba el tema.

-Independientemente de que se trate, creo que serás exelente. Hoy imprimiré el currículum en la universidad y después debemos dejarlo en algunos lugares. -. Mencionó, fijándose el horario en su teléfono para después dejarlo a un lado. Faltaban veinte minutos así que tenía tiempo de sobra para seguir la charla. Pero hubo un factor que logró que algo explotara en su pecho al momento de levantar la vista.

-Gracias por ayudarme en esto. -. Había dicho tan dulcemente. Era como si todo su rostro brillara, sus pómulos siendo más llamativos y sus labios rojizos y carnosos. No había espacio que no fuera precioso, sin saber cómo hacía, mostrando en sus ojos una luz resplandeciente y una sonrisa suave y delicada.

-Siempre estaré contigo.

Fue el turno de los verdosos orbes de tornarse luminosos, al observar a detalle cada centímetro de la imagen que estaba frente a él. Una capa transparente tomando toda su extensión, era el brillo excesivo que se garantizaba por el deleite seguro que sentía. Podía percibir el deseo, el anhelo tintado firmemente en el otro brillar esplendoroso y eso sólo lo hizo rogar porque nada saliera mal en esto. Se arrodillaría ante quien sea para evitar que la persona que ama tanto tuviera más sufrimiento en su vida, más del que ya tenía.

Incorrecto. | Joerick |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora