✴ Capítulo 27 ✴

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—Ya hablamos de eso.—dijo Joel mirándolo seriamente.

—¿Y qué quieres que haga?—pregunta. Se estaban mirando fijamente, como tratando de que el otro desista en el tema.

Habían estado media hora en la habitación de menor; teniendo una pequeña discusión.

—¿Es que acaso no puedes...?

—¿Qué?—preguntó duramente, alzando ambas cejas.—¿Quieres que deje de hablarles? ¿Que me quede todo el puto día contigo?

—Te dije que me molestaba, y tú en vez de pasar más tiempo conmigo pasas mucho más tiempo con ellos.

—¡Entonces vete con tus amigos!

—Lo hago, pero también quiero estar contigo y desde hace tres semanas nunca estás.

El menor frunce aún más en ceño al terminar de escuchar lo que el otro decía.

—No sólo paso el rato ahí, también hago tareas.

—Pero estás conmigo. Estamos juntos, y tendríamos que pasar tiempo así.

—Recuérdalo también, entonces.

— Salgo porque tú lo haces. No quiero quedarme sólo y aburrido en casa.

—¿Entonces qué?—pregunta.—No dejaré de salir sólo porque me lo pides, y menos si estoy haciendo cosas de la Facultad.

En ese momento ambos se callaron, aunque mantenían sus miradas fijas en el otro.

Tal vez ambos tenían razón, pero ninguno quería dar su brazo a torcer en el tema.

Luego de unos minutos Joel negó y suspiró.

—Bien.—respondió serio. Miró una última vez al menor y salió del lugar.

—¿Qué...?

Suspiró y cerró los ojos. Se dejó caer en la cama, mientras escuchaba como la puerta principal era cerrada con algo de fuerza.

Los minutos pasaban y el seguía pensando en aquella discusión. Además de en dónde podría estar ahora su hermano.

Se sentía  cansado y estresado, así que finalmente decidió dormir un poco.

Despertó y lo primero que notó fue a un bulto a su lado, debajo de las sábanas. Joel se encontraba acostado, dándole la espalda.

Suspiró y se fijó la hora que mostraba la pantalla de su celular. Eran las tres de la mañana.

Suspiró nuevamente y volvió a recostarse. De inmediato, una sensación un tanto amarga se le instaló en la garganta.

Mirando hacia el techo recordó la discusión de hace unas horas. Se sintió un poco triste, pero de igual manera seguía enojado.

Realmente le era frustrante tener que hacer tantas cosas al día y luego volver a casa para tener una discusión con su hermano.

En serio no quería discutir, no le gustaba. Pero era un poco terco, y si creía que tenía razón defendería su punto de vista hasta que vea que no la tiene.

Escuchó un suspiro a su lado. Al parecer el mayor estaba despierto, pero no le prestó atención.

—Quiero pasar más tiempo contigo.— murmuró y miró de reojo al menor.—¿Cuándo estamos juntos? No es de un día, durante tres semanas no lo estuvimos y te extraño.

—El problema es que no siempre vamos a estarlo y tienes que entenderlo.—murmuró de vuelta, pero mantuvo su vista en el techo— Tengo trabajos y tengo que esforzarme en ellos. Christopher me ayuda y los demás también lo hacen.

Incorrecto. | Joerick |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora