✴ Capítulo 18 ️✴️

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-¿Te quedas?-preguntó dándose vuelta para así ver a su amigo.

-¿Me quedo?-respondió con otra pregunta. Luego sonrió.-Nah, amigo, por si no sabías, tengo una vida.

-Si tener una vida significa comer y dormir todo el día, pues la tienes.-respondió y rió.

-Bien, me voy.-dijo ignorando el comentario del menor y comenzado a juntar sus cosas, haciendo reír al contrario.-Me saludas a tu Bro.-terminó de decir antes de salir de la habitación.

Fue entonces cuando al menor le invadieron por completo los nervios.

Juntó sus cosas y esperó. Sinceramente, no sabía qué esperaba. Solo se quedó sentado en la silla del escritorio.

Su estómago comenzó a gruñir, y fue en ese momento que recordó que tenía hambre. Así que salió de su habitación y bajó las escaleras. Entró a la cocina y sacó un paquete de galletitas del estante.

-¿Qué haces?-escuchó y saltó en su lugar debido al susto. Se dio vuelta, encontrando a Joel recostado en el marco de la puerta.

-Tenía hambre.-respondió nervioso.

-Siento no haber cocinado...-dijo y entró completamente a la cocina, dirigiéndose a dónde estaba él.-¿De qué querías hablar?-preguntó a una distancia bastante prudente.

-Sólo...-miró al suelo, sin poder mantener la mirada en los ojos de su hermano.-¿Podemos hacerlo en tu habitación?-preguntó bajito-Me sentiría más cómodo.

Joel sé quedó quieto, sin decir nada. La verdad era que le resultaba raro que Erick de pronto quisiera hablarle de algo allí, pero supuso que sería importante, así que asintió.

-Claro.-respondió.

Ambos salieron de la cocina. Joel adelante, todavia preguntándose qué sería lo que su hermano le diría. Y Erick, por otra parte, demasiado nervioso. Sus manos sudaban y temblaban ligeramente.

Una vez entraron al cuarto, un silencio un poco incómodo reinó el ambiente, provocando más dudas en el mayor, y más nervios en el menor.

-Bien. Y-yo...-su mirada estaba inquieta.

-Tranquilo.-dijo el rizado, apoyó levemente su mano en el hombro del contrario, y luego de unos segundos la apartó.

Aún así los nervios del menor no disminuyeron.

-Bien... Primero, quería decirte que estuve pensando, y...-hizo una pausa, sin saber muy bien qué decir. Luego de unos segundos continuó.-Quiero... quiero estar contigo.-murmuró la última frase, algo inaudible para su acompañante. Así que éste, se inclinó e hizo una expresión de clara confusión.

-No te oí, lo siento...-dijo y luego sonrió levemente.-¿Qué has dicho?-preguntó.

-Oh...-seguía sin poder mirar al mayor.-Dije que... Sí, que quiero... Q-quiero estar contigo.-dijo, pero no obtuvo respuesta alguna.

Solo un silencio bastante incómodo volvió a reinar la habitación. En ese momento, el ojiverde se sintió muy avergonzado. Iba a hablar, pero el mayor lo interrumpió.

-Es... ¿Es verdad?-preguntó en un susurro, aún atónito ante lo que había escuchado.

-¿Crees que estoy jugando?-pregunto con un leve tono rojizo adornando sus mejillas.

-Oh...-respondió.

Siguieron en silencio. Hasta que luego de unos minutos, Joel sonrió y caminó hasta envolver en sus brazos al pequeño cuerpo que tenía en frente; abrazándolo.

-¿Es verdad?-volvió a preguntar en un susurro.-Oh, Dios. Gracias.-dijo repartiendo besitos por el cabello del menor, mientras lo estrujaba aún más entre sus brazos.

Incorrecto. | Joerick |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora