Incorrecto. | Joerick |

✴ Capítulo 46 ✴

El silencio era algo que encontraba abrasador en ese momento, era como alguna clase de compuesto para que el momento se sintiera tan acogedor. Entre sus brazos estaba en pequeño cuerpo de Erick, podía sentir su respiración lenta chocando contra la piel de su cuello.

Las cortinas estaban cerradas, casi no entraba luz por las ventanas puesto que se estaba haciendo tarde, quizás faltaban unas pocas horas para que fuera de noche. La habitación estaba un tanto oscura por lo mismo, sentía sus ojos aún pesados, sus párpados queriendo cerrarse a pesar de haber estado durmiendo hace algunos instantes.

La vajilla usada estaba descansando en el pequeño buró a un lado, siendo olvidada desde hace un buen rato. Cuando terminaron de comer mientras jugaban, decidieron dejarla ahí para no hacer mucho esfuerzo, su estómago estaba que reventaba. Demasiado llenos como para tener las ganas de bajar las escaleras con platos en sus brazos, menos aún para volverlas a subir.

Quedando agotados por haberse comido cada pastelito con devoción, simplemente se acurrucaron uno sobre otro, abrazados y cansados. Teniendo el suficiente sueño luego de caricias y cortas palabras bonitas susurradas. Erick aún no despertaba, quizás habían estado durmiendo durante unas dos horas, no sabía como dormirían durante la noche, pues a los dos se le dificultaba aquella tarea si habían descansado durante la tarde.

Aún así, teniendo eso en mente, no pudo ser capaz de soltar palabra alguna. Algún sonido fuerte que pudiese despertar al chico que aún tenía los ojos cerrados, no podría perturbar aquella tranquilidad que se reflejaba a través de la paz en sus facciones.

Tuvo que hacer un movimiento realmente lento para safarse del agarre en su cintura, intentando con todas sus fuerzas no ser brusco y terminar por despertarlo. Todo debido a las terribles ganas que sintió de ir al baño unos pocos minutos luego de haber abierto los ojos, aún no entendía cómo su cuerpo lograba procesar aquella señal biológica mientras dormía, pensaba que quizás su mente le estaría avisando que necesitaba ir al baño y por eso lo levantaba. Aunque no sabía cómo había llegado a esa conclusión, sinceramente, pero al final era lo que pensaba.

Se levantó de la cama delicadamente, sus pies tocaron el frío suelo en cuanto lo hizo. Incluso caminó en puntitas para no hacer demasiado ruido, quizás exagerando un poco, pero realmente no importaba. Nunca se sabía si podía pisar alguna madera que hiciera que un ruido estridente se escuchara.

Entró al baño, tuvo que cerrar por unos segundos los ojos al prender la luz, ya que ésta le había impactado con fuerza al antes haber estado rodeado casi por completa oscuridad. Cerró la puerta, después parándose frente al espejo, la imagen de su rostro un tanto hinchado por el sueño y su cabello desaliñado, casi revoloteando para diferentes extremos, lo golpeó fuerte. Una risita escapó de sus labios ante tal imagen, la pereza había comenzado a abandonar su cuerpo de a poco.

Salió del baño luego de terminar sus actividades de aseo y necesidades biológicas, apagando la luz para cerrar la puerta. Observó al cuerpo que parecía estar inerte sobre el colchón, la frazada lo cubría desordenadamente. El fugaz pensamiento de acomodarla sobre su cuerpo se presentó, por lo que se acercó aún con miedo de despertarlo.

Se agachó, tomando entre sus manos con cuidado la frazada blanca, la estiró un poco tratado de acomodarla para que cubriera bien el cuerpo del otro. Le costó un poco de trabajo, pero todo lo hizo con la mayor delicadeza posible, sus labios estando apretados por el esfuerzo y la concentración. Erick se removió un poco, soltando un pequeño quejido, dándose la vuelta.

—Shh.—. Pronunció lento y bajo, pues el menor se removía sin parar, queriendo despertar. Dobló un poco la frazada, para que no cubriera su cabeza y lo dejara respirar tranquilamente. Ejerció una ligera presión hacia abajo para que quedara bien acomodada, para después susurrar nuevamente. —Duerme tranquilo.